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Los amos
Sin directores
Por Publicado el: 21/09/2006Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Cría fama

En este repaso general de inicio de temporada a nuestra música, en el que le llega el turno a los cantantes, hay que empezar por hacer historia, por recordar un hecho que cambió la música. Era 1990 y a Carreras se le ocurrió juntar a los tres tenores más famosos del mundo para cantar juntos en Caracalla bajo dirección de Mehta. Todavía están cobrando derechos. Ellos, sus colegas y sucesores descubrieron cómo se podía ganar mucho más dinero que disfrazados sobre el escenario de un teatro de ópera y, además, en mucho menos tiempo, sin tener que soportar semanas de ensayos. De ahí viene que hoy haya quienes, como Reneè Fleming, que se puedan permitir cantar un par de óperas al año y el resto del tiempo grabar discos y ofrecer estos en conciertos y recitales. Y, si una de esas óperas es en Zurich -caso de Bartoli- pues mucho mejor, residencia en Suiza incluida, con lo que ello conlleva.
De los agentes que cuidaban las voces de sus pupilos hemos pasado a las casas discográficas que, vendiendo muchos menos discos, se han apuntado a dirigir sus carreras indicando dónde conviene cantar y dónde no de acuerdo con sus intereses promocionales. Antes se llegaba a las portadas de Newsweek u otras renombradas publicaciones de carácter generalista porque se había alcanzado la fama a base de cantar sobre un escenario. Así lo lograron Callas, Tebaldi, del Monaco o los propios Domingo o Pavarotti. Ahora es al revés. Se llega a cantar en los grandes escenarios por haber aparecido primero en las portadas. Se fabrican las carreras. Y así se obliga a hablar del «ángel de San Petersburgo» y se lanza una enorme campaña tras una «Traviata». Nebretko, una simple estimable voz pero con una cara y unas piernas estupendas, pasó por el Real en «Guerra y paz» sin pena ni gloria y ya ven… Y del caso Bocelli para qué hablar. Pero afortunadamente, hoy por hoy, aún se encarga el tiempo de dejar las cosas en sus sitio. ¿Quién se acuerda de la en otro tiempo tan promocionada Silvia McNair? ¡Qué pena tanto y tanto engaño para los artistas, que se lo creen, y para el público!

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