Critica: Bach y su Misa devota sin beaterías con la Orquestra de València y Andrea Marcon
Bach y su Misa devota sin beaterías
MISA EN SI MENOR, BWV 232, de Johann Sebastian Bach. Solistas: Jone Martínez (soprano I), Lea Elisabeth Müller (soprano II), Juan Sancho (tenor), Carlos Mena (contratenor), Ferran Albrich (barítono). La Cetra Vokalemsemble Basel. Orquestra de València. Director: Andrea Marcon. Lugar: València, Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1.600 espectadores. Fecha: Viernes, 28 febrero 2025.

Andrea Marcon
Siempre es un acontecimiento escuchar la Misa en si menor, obra cumbre de la creación bachiana y de la literatura universal. La Orquestra de València, tan ajena al barroco y a sus sonoridades alejadas del moderno sinfonismo, ha vuelto a incursionar en ella en su sede del Palau de la Música. En esta ocasión de la mano del italiano Andrea Marcon (1963), y junto con el coro La Cetra Vokalemsemble de Basel y un correcto elenco vocal en el que destacaron el contratenor alavés Carlos Mena y el tenor sevillano Juan Sancho, ahora en su salsa, quien apenas unas semanas antes había fracasado en el mismo escenario con el papel equivocado de la Novena de Beethoven.
A pesar de esta falta de familiaridad con el lenguaje bachiano, la Orquestra de València se reveló conjunto dúctil y disciplinado, capaz de salir airosa del reto de incursionar en la escueta y ajena nitidez barroca. Era evidente el trabajo meticuloso de Marcon, experto bien reconocido en estas lides, que pulió sonoridad, fraseos y articulación en una versión que, desde los instrumentos modernos, supo y se sintió genuina e incardinada en la expresión natural y luminosa de la partitura.
Las muchas y espléndidas intervenciones solistas contribuyeron a la calidad global de la versión. Desde el comprometido solo de violín de “Laudamus te” (en el que la concertino Anabel García del Castillo lució clase y tablas) a las sucesivas intervenciones de los oboes invitados, las excepcionales intervenciones del flauta Salvador Martínez (bien apoyado por su colega de atril Anna Fazekas), o la trompa de Maria Rubio en el más que comprometido “Quoniam tu solus sanctus”, junto con el discreto barítono Ferran Albrich.
Aplauso sin reservas para unas trompetas afortunadas que en absoluta recordaban a las desatinadas de la reciente obertura de Rienzi. También para el organista invitado, Pablo Márquez, preciso y estupendo toda la noche, y una sección de cuerdas en la que todos sus integrantes hicieron gala de ese nuevo nivel que hoy luce la Orquestra de València en la sección que precisamente siempre fue su talón de Aquiles. Notable sin estridencias ni exageraciones el Coro La Cetra Vokalemsemble, así como las dos sopranos solistas: la vasca Jone Martínez y la austriaca Lea Elisabeth Müller. Al final, tras todos los aplausos y bravos del mundo, los espectadores salieron de misa santificados por el genio de Bach y su música devota sin beaterías. Amén. Justo Romero
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