Crítica: Clausura Festival Atrium Musicae. Bach y Shostakóvich, con Mozart por medio
Clausura Festival Atrium Musicae
Bach y Shostakóvich, con Mozart por medio
III FESTIVAL ATRIUM MUSICAE. Yulianna Avdeeva (piano). Cuarteto Quiroga. Obras de Bach, Bach-Mozart y Shostakóvich. Lugar: Cáceres, Gran Teatro. Fecha: 2 febrero 2025.

Yulianna Avdeeva y el Cuarteto Quiroga
Fotografía: Sandra Polo
Concluyó el domingo en Cáceres el III Festival Atrium Musicae con un concierto que reflejaba fidedignamente lo que ha sido esta cita bien pergeñada por el agudo y fino programador que es Antonio Moral, con el virtuoso respaldo motor de la Fundación Atrio.
Un festival abanderado por la calidad, novedad, éxito y originalidad. Y son precisamente estas cualidades las que mejor reflejan este concierto de clausura, que, de la mano de intérpretes tan queridos como la eminente pianista rusa Yulianna Avdeeva y el no menos admirable Cuarteto Quiroga, entrecruzaba las músicas de Bach y Shostakóvich, con Mozart por medio, en el poco conocido arreglo para cuarteto de cuerdas que el salzburgués realizó de algunas fugas bachianas de El clave bien temperado.
El abarrotado Gran Teatro -en pocas ocasiones tan “grande” como en estos días festivaleros- se volvió a colmar para certificar la respuesta entusiasta y excepcional del público cacereño, pero también de muchos forasteros llegados expresamente para degustar la mejor música en el marco monumental de la impresionante localidad extremeña y a la sombra de los fogones filántropos y no menos monumentales de Atrio.
Abrió la noche Avdeeva en solitario, con tres preludios y fugas de Shostakóvich, cuya integral precisamente acaba de llevar al disco. Claridad, quietud, concentración y resonancias bachianas fueron claves de su interpretación transparente, precisa y cercana. Luego, también en solitario, la pianista moscovita radicada en Múnich abrió la segunda parte del programa con la Toccata en Re mayor, BWV 912 dicha con tanto virtuosismo como pálpito bachiano. Una visión y tradición que entronca con la estela de excelsos servidores rusos de la música de Bach, desde Richter a Feinberg o Nikoláyeva.
Tras este Bach cargado de linaje y entendido desde los recursos, posibilidades y colores del piano contemporáneo, los Quiroga se adentraron desde sus entonadas 16 cuerdas en las versiones para cuarteto de cuerdas que Mozart escribió en 1782 de cinco de las más conocidas fugas de El clave bien temperado.
Si Mozart respeta en estos arreglos la letra y espíritu de Bach, lo mismo exactamente cabe escribir de la templada y escrupulosa lectura que hizo el cuarteto español de estas partituras cuyo interés acaso no rebase el de la curiosidad y su fiel escritura, además de ser testimonio de la admiración de Mozart por Bach, precisamente en un tiempo en el que la música del alemán comenzaba a declinar en la nueva órbita clásica.
Luego, ya juntos, pianista y cuarteto se aliaron para cerrar el festival con el Quinteto para cuerdas y piano de Shostakóvich, obra clave que Shostakóvich compone en 1940 y estrena él mismo, como pianista, junto con el legendario Cuarteto Beethoven, en noviembre de ese mismo año en el Conservatorio Chaikovski de Moscú. La risueña, sarcástica y rotunda realización del Allegretto que cierra el Quinteto fue perfecto broche final a este concierto rico en agudeza y originalidad. Tanto como el propio festival, que ya apunta directamente a 2026. Bravo, enhorabuena y a seguir.
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