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Por Publicado el: 07/02/2021Categorías: En vivo

Critica: El virus protagonista en la Manon Lescaut de Pamplona

MANON LESCAUT (G. PUCCINI)

Auditorio El Baluarte de Pamplona. 5 Febrero 2021

El Baluarte ha programado en esta temporada la Manon Lescaut, de Puccini, que no me atrevo a decir que se ofrece por primera vez en la capital navarra, pero puedo decir que no se ha visto aquí al menos en los 50 últimos años. Bien está si la dicha es buena, aunque llegue tarde y los hados se hayan juntado para que la representación no haya sido un triunfo.

Desde que se publicó la temporada del Baluarte, resultaba atractiva e interesante esta Manon Lescaut, aunque se anunciaba en forma de concierto o semi escenificada y en función única, destacando la presencia en el reparto como protagonistas de dos cantantes destacados, como son Ainhoa Arteta y Roberto Aronica. Lamentablemente, el virus se ha convertido en el auténtico protagonista de la ópera.

Vista general. Acto I

Por un lado, han estado las limitaciones de aforo, que han traído consigo que se pasara de una a dos funciones. El mayor problema ha sido que en los ensayos se han producido las bajas de los dos protagonistas mencionados más arriba. El día 3 se anunciaba la anulación de Ainhoa Arteta, al no haberse recuperado del virus que contrajo en Valencia en los ensayos del Falstaff. A ello todavía hubo que añadir la cancelación de Roberto Aronica, al estar afectado por un fuerte resfriado. Así pues, casi de la noche a la mañana desaparecen los dos protagonistas de la ópera, que son piezas esenciales en esta obra, y hay que recurrir a las temidas sustituciones, en las que no hay duda de que El Baluarte ha hecho un enorme esfuerzo, aunque las sustituciones hayan quedado claramente por debajo de lo anunciado inicialmente. Una lástima.

La representación se anuncia como versión semi escenificada, que no va más allá de ser una versión de concierto, en la que los solistas no usan partitura y se mueven en la parte delantera del escenario, quedando detrás la orquesta y el coro. La responsable de estos movimientos ha sido Susana Gómez, sin mayor importancia ni relieve.

Manon Lescaut es una ópera brillante en términos musicales, especialmente en la segunda mitad y que tiene mucho que dirigir. Baste decir que un director como Christian Thielemann, que elige sus obras con cuidado en Dresde, únicamente introduce en su repertorio unas pocas óperas italianas y entre esas escasas está precisamente este primer triunfo que consiguió en su carrera Giacomo Puccini. En Pamplona la dirección ha corrido a cargo de Manuel Hernández Silva, el director titular de la Orquesta Sinfónica de Navarra, y su lectura no ha ido mucho más allá de la eficacia. Puccini se refería a su Manon diciendo que se diferenciaba de la de Massenet por la presencia de un ingrediente fundamental, que es la pasión, especialmente presente en la segunda parte de la ópera. Este ingrediente no ha estado particularmente presente en esta ocasión. Correcta la actuación de la Orquesta Sinfónica de Navarra y sin mayor interés la prestación del Coro Lírico de AGAO.

Berna Perles y Walter Fraccaro

Manon Lescaut ha sido finalmente interpretada por la malagueña Berna Perles, cuya actuación ha resultado más bien insuficiente. La voz no es particularmente atractiva ni está sobrada de volumen y amplitud, resultando débil en graves, que son bastante exigidos en esta partitura. La siempre esperada aria Sola, perduta, abbandonata pasó sin pena ni gloria.

Des Grieux fue finalmente el italiano Walter Fraccaro, al que hacía tiempo que no veía en escena. Tuve ocasión de verle en este personaje en Sevilla hace 10 años y la impresión de ahora no es muy distinta a la de entonces. La voz es adecuada a las exigencias del personaje, aunque su canto puede resultar un tanto monótono, ya que no hay muchos matices en el mismo. En conjunto, ha sido lo mejor de la representación y hasta me ha parecido más conseguida su actuación que en la ocasión referida de Sevilla.

No me convenció el barítono José Antonio López en la parte de Lescaut, a quien encontré muy basto en su canto, abriendo sonidos continuamente, ofreciendo más volumen que calidad.

Carlos Chausson y José Antonio López

El aragonés Carlos Chausson fue el intérprete de Geronte de Ravoir y su actuación fue buena, como son siempre las suyas. El problema es que este personaje secundario no puede salvar una representación.

En los personajes secundarios lo más destacable fue la prestación de la mezzo soprano Nerea Berraondo como Cantante. El resto no pasó de cumplir. Eran Pablo García López, que cubrió las partes de Edmondo y Maestro de Música, Darío Maya en las de Sargento, Capitán y Posadero, y Julen Jiménez como Lamparero.

El Baluarte tenía el aforo limitado por exigencias legales y el público se mostró bastante frío durante la representación, con ausencia de aplausos tras las arias de los cantantes.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 2 horas y 26 minutos, incluyendo un intermedio. Duración musical de 2 horas y 3 minutos. Cinco minutos de aplausos, en los que los más intensos fueron para Walter Fraccaro.

El precio de la localidad más cara era de 58 euros, constando la más barata 28 euros. José M. Irurzun

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