Critica: Javier Eguillor, cuando los timbales frasean en la RTVE
Javier Eguillor, cuando los timbales frasean
TEMPORADA DE LA ORQUESTA SINFÓNICA DE RTVE. Javier Eguillor (timbales). Nuno Coelho (director). Programa: Obras de Daugherty (Concierto para timbales y orquesta)Shostakóvich (Décima sinfonía). Lugar: Madrid, Teatro Monumental. Fecha: Viernes, 24 enero 2025.

Nuno coelho & Javier Eguillor con la Orquesta de RTVE
Ha pasado el tiempo en el que los timbales -clásico sustento rítmico de la orquesta- han sobrepasado esta labor para ampliar horizontes y hacer escuchar su capacidad de cantar y decir la música con la sugestión que lo hace un violín o un piano. Y esto es precisamente, “cantar” y “decir” la música, lo que ha hecho el timbalero alicantino Javier Eguillor (Xixona, 1975) en su actuación en el Teatro Monumental de Madrid junto con la Sinfónica de la RTVE y el gobierno maestro y magistral del portugués Nuno Coelho. En los atriles, el concierto para timbales y orquesta del compositor estadounidense Michael Daugherty (1954), pieza plagada de exigencias técnicas y artísticas, en un solo movimiento, que es escuchaba por vez primera en España, y que desde su estreno, en 2003, interpretado por la Sinfónica de Detroit y su entonces titular, Neeme Järvi, con el concurso solista de Brian Jones, se ha erigido en pieza angular del repertorio timbales.
No exagera Tomás Marco cuando escribe que “la percusión es el gran descubrimiento instrumental del siglo XX”. Así, tras esta eclosión palpable, nace Raise the roof (Sube hasta el techo), concierto de vivo atractivo cuya interpretación requiere del solista altas dosis de virtuosismo y expresividad, además de la capacidad técnica capaz de atender una sofisticada y amplia gama de técnicas de interpretación, como “el uso extensivo de pedales para la afinación melódica, la colocación de un platillo al revés sobre el parche del timbal más grave para tocar redobles de glissandi e impactos con baquetas comunes, escobillas, maraca-sticks e incluso con las manos desnudas”, como detalla el propio compositor estadounidense.
Todo lo atendió el timbalero alicantino con virtuosismo, arrojo solista y fino sentido musical, con un deslumbrante despliegue de medios y un fraseo -sí, fraseo- asombrosamente involucrado en el rico surtido tejido orquestal. Desde el inicio en pianísimo del concierto, con un significativo solo de tuba, a todas las secciones que se suceden sin solución de continuidad, Eguillor y el cómplice coprotagonismo de Coelho -maestro de admirable versatilidad- redondearon este estreno nacional en el que el solista alicantino dejó patente su clase puntera dentro de la selecta familia de brillantes instrumentistas surgida en España en las últimas décadas. Como no podía ser de otro modo, gran éxito, corroborado con la repetición a modo de candencia de un fragmento del propio concierto de Daugherty, al que Eguillor añadió el preámbulo de un vistoso solo.
Luego, tras la pausa, llegó la Décima sinfonía de Shostakóvich, dicha por Coelho con autoridad dominio y claridad de ideas. El maestro lusitano, sin duda una de las batutas más solventes y relevantes en la historia de la dirección de orquesta ibérica, plasmó una visión intensa y minuciosa, en la que tensiones y episodios de distensión se realzaban en la escritura shostakovichiana, pero también en la lectura, fiel, precisa y sinfónicamente suntuosa, del maestro total que es el maestro Coelho, nacido en Oporto en 1989 y actual director titular de la Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA). Fue una versión en mayúsculas y apasionadamente “humana”, acaso empeñada en expresar, como dijo Shostakóvich, ”los sentimientos y pasiones del hombre”. Enérgica y abrasadora. Lírica y sarcástica. Bipolar como la vida misma. De intensidades sin demagogias. La Sinfónica de la RTVE, a la que se veía y sentía encantada con el gobierno del portugués, dio lo mejor de sí en una versión en la que brillaron con luz propia clarinete y fagot solistas. ¡Bravo! Justo Romero
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