Suscribirse a la Newsletter de Beckmesser

¡No te pierdas ninguna noticia!

¡No enviamos spam! Lee nuestra política de privacidad para más información.

Busca las entradas de cada mes

Últimas 20 entradas

Últimos tuits de Beckmesser

Fischer-Nylund-BRSO.-IbermusicaCrítica: Iván Fischer dirige la Symphonieorchester des Bayerischen Rundfunks en Ibermúsica
Escena-de-Il-Tabarro-en-el-Liceu.-Lise-Davidsen-y-Ambrogio-MaestriCrítica: Il Trittico en el Liceu
Por Publicado el: 04/12/2022Categorías: En vivo

Crítica: Ramón Tebar dirige ‘Mi patria’ con la Orquestra de València

Mi Patria, España y Japón

ORQUESTRA DE VALÈNCIA. Ramón Tebar (director). Programa: Mi patria (Má vlast) ciclo de poemas sinfónicos de Bedřich Smetana. ­Lu­gar: València, Teatro Principal. Entrada: Alrededor de 600 personas. Fecha: Jueves, 1 diciembre 2022.

Ramón tebar dirige la Orquestra de València (c) Live Music Valencia

Ramón tebar dirige la Orquestra de València (c) Live Music Valencia

El ciclo de poemas sinfónicos Mi Patria (Má vlast), que compone el checo Bedřich Smetana entre 1874 y 1879, está preñado de efusivo lirismo de raigambre popular y espinosa exigencia instrumental. Es un hueso difícil de roer, que precisa de una orquesta virtuosa y cercana a la naturaleza de unos pentagramas preñados de sabor y evocaciones. También de un director-artista cargado de magia expresiva y maestría. De hecho, la programación en la temporada de abono de la Orquestra de València de este patriótico ciclo de seis poemas sinfónicos con Ramón Tebar al frente parecía una incongruencia, particularmente en una orquesta cuyo titular, el bávaro Alexander Liebreich, parece más cercano y apropiado, por afectos, residencias y vivencias.

Pero la realidad es que la previsible debacle no se produjo. No fue, obviamente, un concierto para el recuerdo, pese a ciertas intervenciones remarcables (clarinete solista, timbal…). La Orquestra de València nada tenía que ver con la que solo una semana antes tocó El Mar de Debussy con Liebreich. ¡Otro mundo! Hubo desajustes, desidia y evidente desamor con la batuta. Ramón Tebar, sin embargo, se mostró conocedor de unos pentagramas en los que él parece ver solo notas, silencios y barras divisorias de compases. Marcó entradas con acierto y apuntó dinámicas, intentó concertar el desconcierto y sirvió la partitura con limpieza. Pero faltó lo relevante: lo que atesora agazapado el neutro pentagrama, que se escuchó inerte y exento de cualquier momento expresivo relevante.

Como cuenta César Rus en su ilustrador y claro trabajo sobre Mi Patria incluido en el programa de mano, el checo Smetana “busca la inspiración tanto en la naturaleza como en la historia”. Música programática de fuerte sabor nacionalista, muy a tono con las corrientes de su tiempo, en plena culminación del siglo romántico. Tebar hizo bien en dejar volar solas a las arpas en el conocido solo inicial, como también atender el canto del clarinete en su gran solo en Šárka, el tercer poema sinfónico, basado en una popular leyenda checa que cuenta la historia de una guerrera medieval, cuya voz es entonada por el conocido solo de clarinete.

A la lectura -no fue más- de Tebar le sobró el trazo romo, poco flexible y sin enjundia de una batuta que se mueve más a impulsos del solfeo que al dictado del artista. Faltaron, claro, la suntuosidad sonora, morbidez rítmica, amplitud dinámica, efusión lírica y riqueza de timbres y colores que si lució la OV solo siete días antes, en El mar de Debussy/Liebreich. Mi Patria, que es la obra que, oficialmente y desde 1952, inaugura todos los años el Festival Primavera de Praga, cuando se interpreta cada 12 de mayo por la Filarmónica Checa coincidiendo con el aniversario de la muerte del compositor, es un símbolo nacional en la patria de Smetana, Dvořák, Janáček, Martinů y tantos otros grandes de la música. 

La desajustada versión “valenciana” se percibió rácana de suntuosidad, solemnidad, proximidad y sentido narrativo. También la tradición y calidad sinfónica propia de las mejores orquestas checas, cuya escuela de cuerdas figuran entre las mejores del planeta. Son cualidades imprescindibles para hacer que la audición “de una tacada” de estos seis grandes poemas sinfónicos resulte una experiencia musical y sensitiva plena, y no una sucesión más o menos correcta de seis extensas páginas sinfónicas que en ocasiones se antojaron casi interminables. Al final del programa, atinadamente interpretado sin intermedio, el público aplaudió con amable generosidad. Aunque no faltó quien dijo, algo decepcionado: “Para esto, mejor me hubiera quedado en casa viendo el España-Japón”. Pero, por lo visto y leído, en el fútbol la cosa tampoco fue mejor. Justo Romero

Publicada el 3 de diciembre en el Diario Levante

2 Comments

  1. Ani 04/12/2022 a las 23:24 - Responder

    Estos comentarios de este crítico me hacen dudar. O el Director (siempre ataca al mismo) es muy malo, o esté crítico no tiene ni idea y también es muy malo. A mi me da que es lo segundo. Pobres críticas…..

  2. Anibal 07/12/2022 a las 21:54 - Responder

    Pues aquí dejé enviado un comentario y no ha sido publicado. Será porque criticaba la actitud de este pseudo crítico contra el director Ramón Tebar quien, según este hombre, es de lo peor que hay…. Dirija lo que dirija lo hace mal el pobre Ramón Tebar….. y los fallos los encuentra acertadamente el magnífico Justo Romero…..
    Me publicarán los dos que he enviado ????

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

banner-calendario-conciertos

calendario operístico 2023