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Por Publicado el: 27/11/2012Categorías: Crítica

Cuando Ginastera se sintió Stravinski

27º Concierto de Santa Cecilia

Cuando Ginastera se sintió Stravinski

Obras de Wagner, Beethoven y Ginastera. Vestard Shimkus, piano. Orquesta Sinfónica de Madrid. Pedro Halffter, director. Auditorio Nacional. Madrid, 26 de noviembre

Hay mucho paro, pero desde luego ni Pedro Halffter ni la Sinfónica de Madrid están ociosos sino todo lo contrario. Ambos se han reunido para celebrar la edición 27º del Concierto de Santa Cecilia. El primero en plenos ensayos del “Sigfrido” de la Maestranza sevillana  y la segunda preparando “Macbeth” en el Teatro Real. Tampoco han recurrido a un programa fácil, sino a uno ciertamente complicado de preparar, por conllevar solista, tratarse del más delicado de los conciertos de piano beethovenianos e incluir una obra en la que debutaba la orquesta. Afortunadamente las cosas salieron bien sonoramente, aunque naturalmente pueda discreparse de los criterios interpretativos.

Discrepo de la lectura de los “Encantos del Viernes Santo” de “Parsifal”, planteada de forma muy ligera, con tempo personal y sin densidad hasta el punto de perder el sonido wagneriano de la pieza. También Vestard Shimkus apostó por la ligereza en el cuarto concierto del de Bonn. Fue vencedor en el Concurso Internacional de Música María Canals en 2009. Altísimo, delgadísimo, moreno, también resultó “salado” y técnicamente no se le pudieron poner reparos.

Los primeros bocetos del ballet “Panambí” de Ginastera datan de 1935, cuando aún no había cumplido los veinte años. Cerraría la partitura dos años después, pero tardaría otros tres en estrenarla. Si bien son patentes la mayor parte de los rasgos que caracterizarían la personalidad musical del autor, muestra una total admiración por Ravel y, sobre todo, por Stravinski hasta el punto de poderse considerar la obra como “La consagración de la primavera” hispanoamericana. Precisa una gran plantilla orquestal, notables intervenciones solistas y un férreo control de la batuta. Ambas cosas existieron en la interpretación del conjunto con Halffter.

Dato curioso: entre los espectadores había tres personas –el director general del INAEM, el director técnico de la OCNE y el director de la Fundación BBVA- de las que mi querido amigo Beckmesser ha escrito que en algún momento los tres habrían considerado la posibilidad de nombrar a Pedro Halffter nuevo titular de la OCNE con patrocinio del BBVA. Su presencia en el concierto apoyaría la tesis, pero yo sigo apostando porque finalmente será otro joven por el que la agrupación muestra una franca preferencia. Gonzalo Alonso

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