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Por Publicado el: 25/04/2014Categorías: Crítica

De lo sensual en la música [Varios comp. / Auditorio Nacional]

DE LO SENSUAL EN LA MÚSICA

Obras de Berio, Stravinski, Schönberg, Eötvös y Hindemith. Sinfoniette de la Escuela Superior Reina Sofía. Anna Moroz, mezzo. Director: Peter Eötvös. Auditorio Nacional, Madrid. 24-4-2014.Series 20/21 CNDM.

El protagonista era el músico húngaro Peter Eötvös, que gobernó con gesto claro y preciso, sin batuta. Manos versátiles, movimientos certeros, controlados, concisos y, sin embargo, expresivos. Supo dar a cada composición lo suyo, sin énfasis, dominando las dinámicas, articulando los fraseos, realizando las inflexiones más convenientes en los respectivos discursos.El de su obra, “Shadows”, dividida en tres partes, al parecer escrita en memoria de un hijo muerto, es directo, frágil, delgado y, no obstante, inmerso en una sorprendente sensualidad, la del sonido bien trabajado, calibrado al máximo, exquisitamente tratado.

El amplio conjunto instrumental, viento-madera a un lado, viento-metal a otro, cuerda entremedias, se sitúa en torno a un eje central ocupado por una flauta, un clarinete y una caja. En la primera “Sombra” escuchamos una delicada danza tribal; la segunda oscila alrededor del latido rítmico de la caja; la tercera plantea un panorama oscuro, siniestro, que anima la flauta con una triste melopea de aire orientalizante. Bella y transparente partitura tocada primorosamente.No fue el único instante hermoso de la noche. En el primerizo “Concertino para clarinete, violín, arpa, celesta y cuerdas” de Berio disfrutamos del contraste entre sus dos partes, dramática y danzable la una, angélica y muelle, protagonizada por la celesta, la otra.

Las breves e incisivas células del neoclásico “Concertino para doce instrumentos”de Stravinski nos trajeron un aire más fresco, mientras que el lirismo dramático de la “Canción de la paloma del bosque” de los “Gurre-Lieder” de Schönberg, en su arreglo para voz y 17 instrumentos, nos fue dado sólo con cuenta gotas. Anna Moroz, de buen y sonoro centro, quizá algo agresivo tímbricamente, y de grave débil y un tanto descolorido, cantó y dijo con propiedad. La “Kammermusiknº 1” de Hindemith nos llegó por último con su ácido colorido, mostrándonos una vez más la permanente riquezade ideas del autor alemán. Fugati, contratiempos, contrapuntos nos fueron dados sin problemas.  Arturo Reverter

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