El otro Bayreuth
Nina Stemme, soprano de moda
Obras de Grieg, Strauss, Nynstreem y Wagner. Nina Stemme, soprano y Bénédicte Haid, piano. Teatro de . Bayreuth, 28 de julio
En Bayreuth se suelen organizar actividades paralelas al festival , aprovechando la presencia de algunos artistas. Nina Stemme es la soprano dramática de moda, como Nebretko lo es como ligera. Es de los pocos artistas de hoy día que se ha construido una carrera seria, a la antigua, paso a paso. Trabajando bien le llegó el momento de oro: fue contratada para cantar Isolda en Bayreuth el pasado verano y se convirtió en la triunfadora de la producción. La grabación de dicha ópera junto a Domingo y Pappano acabaron de auparla a lo más alto y, si no llenar su ya completa agenda, a incrementar considerablemente sus honorarios. Disfrutaremos de ella en Madrid en 2010, en una «Salomé» en el Real.
Para un aficionado veterano no deja de ser curioso que se considere a esta soprano sueca como una de las mejores dramáticas del momento, pues timbre y voz se aproximan mucho más a una Tebaldi -lírica por excelencia- que a su compatriota Birgit Nilsson. Los tiempos han cambiado. En cualquier caso estamos ante un instrumento de potente y homogéneo caudal, bien timbrado y con un cierto terciopelo que recuerda vagamente a la italiana mencionada. No parece sin embargo una liederista y tanto Grieg como Strauss resultaron fríos, sin la línea apropiada. Cambió en la segunda parte, en un entregado Nynstreem y, sobre todo, en los «Wessendonck lieder», dichos con profundidad, tan próximos a la Isolda con la que alterna en la colina santa del Festspielhaus. Gonzalo Alonso