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Por Publicado el: 17/02/2017Categorías: Recomendación

Sokolov, el valor del momento

                                                                                                             El valor del momento

Algún, quizá algunos, críticos, han dicho que Grigory Sokolov es el mejor pianista vivo. Por ejemplo, en un número reciente de la revista RITMO así lo manifestaron explícitamente en la sección ´La Mesa de Noviembre´ (núm.901, pág.96) hasta dos de los invitados, uno de ellos pianista profesional. Y no solo en España; también por ahí afuera hay más de uno que opina así. Es una opinión del todo respetable, pero no la comparto. Y no la comparto, pensando al mismo tiempo que es un grandísimo y extraordinario pianista. E intérprete. Lo que sucede es que cuando se llevan las cosas a ciertos extremos hay que llevar cuidado con las palabras. Sin embargo, cuando el río suena es porque, efectivamente, ocupa un caudal que es necesario respetar, pero sobre todo analizar; opiniones como esas, salidas de gente seria, invitan a plantearse ciertos porqués. Para mí el primero es: ¿qué ha de tener, que historia artística debe arrastrar un pianista para que pueda ser elevado a tal cielo con semejante facilidad? En primer lugar habría que considerar su repertorio, y, si el periodo analizado lo permitiera (hoy esto no se puede hacer porque no se graban discos), su repertorio grabado en disco. En segundo lugar, el pianismo del artista, es decir, su manera de abordar el instrumento, su técnica, etc., y en tercer término su valía como intérprete.

Pensando en esas claves, a mi entender Sokolov sacaría una altísima nota en el segundo y el tercero, y quizá no tanto en el primero, pues repasando el repertorio que ha tocado no encontramos lo que es necesario que esté en un pianista que merezca el calificativo de ´el mejor´. Sokolov tiene, que yo sepa, 14 discos grabados para el sello Op.11*. Con interpretaciones de autores rusos (Scriabin, Rachmaninov y Prokofiev) y obras de ciclos de Bach, Beethoven, Schubert, Chopin y Brahms. Pero no encontramos grabaciones de ningún ciclo completo; ni de Mozart, ni de Beethoven, etc., y la lista de autores definitivos para su pianismo (Mendelssohn, Liszt, Schumann, etc. ) es inexistente. Claro que para tener una idea más cabal del asunto tendríamos que repasar su repertorio en concierto. Ahí las cosas cambian, porque, si bien seguimos sin encontrar ningún ciclo importante completo, sí un repaso de mucho recorrido desde Bach hasta los románticos. A mi entender, ese repaso, y hasta donde le haya podido escuchar en vivo, arroja un resultado muy visible: Sokolov no es un pianista para el disco; en vivo interesa siempre mucho más. Particularmente en los últimos años: tiene ahora 67 cumplidos y está en un excelso momento de madurez, como pianista y como intérprete, aspectos a los que me refería antes y en los que Sokolov sí está colmando unas muy altas expectativas. Y otro factor que últimamente controla mucho más: los programas, que cada vez son más complejos y, a la vez, sencillos, radicales, básicos. Y pensados: hasta no hace mucho le costaba mucho decidirse. Un soberbio ejemplo es el que va a dar ahora en Madrid.

Mozart y Beethoven. Parece querer seguir Sokolov en un debate abierto desde siempre y bien conocido por el aficionado: ¿hay que buscar en el piano de Mozart el antecedente del de Beethoven? O ¿no es Haydn el auténtico principio de todo? A mí me parece que la respuesta es: depende de cómo se haga Mozart y cómo se haga Beethoven. Si en Mozart hay que buscar músculo, y en Beethoven el nubarrón que produce el deterioro de ese músculo, la vejez del cuerpo frente a la clarividencia pesimista de la madurez, el asunto se clarifica. Si por el contrario la cosa va de experimentos, de búsqueda de la individualidad (como hizo Gould en su día, o Michelangeli después) y no de insistir en la línea histórica clásica y ortodoxa (Arrau, Barenboim, Zimerman, Kisin,etc., después), los resultados seguro serán más discutibles. Y en ese debate creo yo que entra el Sokolov intérprete: él estaría más en la primera que en la segunda opción. Ni mejor ni peor es la una o la otra, y cuando empleo el término discutible no quiero que se entienda en su acepción peyorativa: discutible de discutir, lisa y llanamente, lo que seguramente es lo más sano cuando se escucha música de manera activa. Pero conviene saber dónde se encuentra uno a la hora de sentarse a escuchar, y, no digamos, de opinar, de discutir.

Dicho todo lo cual es obvio que con Sokolov estamos ante la música entendida como arte del momento que se esfuma en el propio momento, sin muchas posibilidades de que se repita algo parecido otra vez. El consejo no puede ser otro: no lo deje escapar y disfrútelo. PGM

MOZART: Sonata K.545. Fantasía en Do menor. Sonata K.457. BEETHOVEN: Sonatas núms.27 y 32. Grigory Sokolov, piano. Auditorio Nacional de Música, Sala sinfónica. Lunes 20, 19.30. Entre 25 y 57 €.

(*) Desde hace un par de años es artista DG. Pero solo ha grabado un par de discos, y en vivo.

 

 

                                                                                                             

Un comentario

  1. libreoyente 17/02/2017 a las 15:25 - Responder

    Lo escuché en Oviedo el pasado día 14, con ese mismo programa más el clásico «tercer tiempo de Sokolov» con sus 6 propinas, y ciertamente que lo disfruté hasta el extasis de contemplar un situ el nacimiento de la música

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