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Por Publicado el: 26/06/2010Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Festival y despropósito Escurialense (artículo ampliado)

Festival y despropósito Escurialense
Se publica bastante más sobre el Festival de El Escorial de lo que su programación posiblemente merecería, lo que denota la buena gestión de relaciones públicas de la Comunidad de Madrid y también la sensibilidad de los medios de información, que esperan el momento en que recupere la ambición con la que nació. La programación es inteligente para su escaso presupuesto, combinando el imprescindible atractivo para el gran público con los espectáculos de ámbito más limitado, pero los medios resultan un tanto escasos. Entre los primeros, por ejemplo, la repetición del título “Tosca” con Elisabette Matos como protagonista y Miguel Ángel Gómez Martínez a la batuta, “Don Gil de Alcalá” o los ballets “Carmen” y “El Amor Brujo”. Resalta el regreso de Enrique Pérez de Guzmán con el “Concierto para piano” de Schumann, compositor cuyo aniversario se recuerda junto a los de Chopin y Albéniz, y resulta curioso el homenaje flamenco “Cayetana, su pasión”. Sin embargo se echa de menos el pulso de sus comienzos y se espera que algún día llegue el anhelado “Don Carlo”, pero para todo ello haría falta un cambio en la fórmula de financiación y gestión que en plena crisis se antoja harto difícil en plena crisis.
Por eso contrastan con todo ello las informaciones sólidas que hablan de un enorme sobrecoste en la adquisición del solar sobre el que se levanta el teatro-auditorio. De una expropiación inicial por menos de tres millones de euros se tendrían que pagar, tribunales por en medio, nada menos que treinta millones de euros a un Euroforum que ni siquiera era entonces su propietario en escritura pública. Si el hecho es real –y tiene todas las apariencias- sería conveniente que la CAM profundizase en la cuestión porque, o bien la justicia ha sido un desastre y todavía quepa recurso, o los abogados que han defendido a la CAM no han planteado bien la defensa, o en su momento existió un olvido en la tramitación del correspondiente expediente al no cambiar el uso residencial por dotacional. Los hechos serían supuestamente los que se relatan a continuación. La CAM llegó a un acuerdo con la propiedad del solar, Morco SA, para su expropiación por poco menos de tres millones de euros, que compensaban lo que la propiedad había pagado por el solar y el beneficio industrial de la media docena de adosados que proyectaba en él. Durante el proceso de construcción del Teatro-Auditorio se incrementó muy sustancialmente su edificabilidad, que tenía calificación de residencial. Al parecer, en el contrato de compraventa entre Morco y el anterior propietario, Euroforum SA, había una cláusula que daba opción a su resolución durante un cierto periodo de tiempo si variaba la edificabilidad de la parcela. Euroforum ya se había olvidado por completo de su antigua propiedad pero sorprendentemente, como alertada por un tercero, ejercitó aquella opción muy poco antes de su vencimiento. Planteó después en los tribunales su desacuerdo con el justiprecio de la expropiación y los juzgados le dieron la razón, fijando éste en 30 millones de euros. La sentencia resulta absurda por cuanto una cosa es el valor de un solar para uso residencial y otra para uso dotacional, como el de un auditorio público, pero podría haber sucedido que no se hubiese tramitado adecuadamente el cambio de uso y que la justicia no hubiese considerado que jamás Comunidad y Ayuntamiento habrían dado su autorización a un aumento de edificabilidad sino hubiera sido para construir expresamente un auditorio, nunca para aumentar un uso auténticamente residencial para, en vez de media docena de adosados, haber construidos treinta mil m2 de apartamentos.
El asunto resulta un despropósito, sobretodo pensando en la programación que podría haberse realizado con esos treinta millones de euros, que ahora han de ir a parar a Euroforum, con un accionariado integrado entre otros por Gubel, Prosegur, El Corte Inglés, la Fundación Ramón Areces, Repsol y la Universidad Complutense de Madrid. ¿No se está a tiempo de que todo el mundo entre en razón y ese dinero no salga de la CAM y se emplee de común acuerdo en los contenidos del Teatro? A la larga también supondría un beneficio para el propio Euroforum.
Gonzalo Alonso

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