Antón García Abril, Áurea y tú, la ‘Música del corazón’

Corría el otoño del 93. Estaba en casa de mi querido amigo y maestro Miguel Zanetti y preparábamos las canciones del Maestro García Abril sobre versos de Lorca. Era una tarde lluviosa en su estudio de la Calle Pradillo. Una tarde como tantas de complicidad, de alegría y de profunda amistad. «Tengo una sorpresa para ti», me dijo Miguel, «viene Antón García Abril a escucharte sus canciones».

Antón García Abril y María José Montiel

Yo conocía al Maestro G. Abril de visto. Había sido alumna del Conservatorio de Madrid, en Ópera, y le veía por los pasillos, de niña, de adolescente después, y cantaba sus canciones en clase de canto, pero aquello era distinto ¡Era de verdad! Llegó con su sonrisa tan característica, con su amabilidad y entusiasmo.

María José Montiel y Antón García Abril

Después llegó el concierto, Áurea – tu musa, tu compañera de vida -, otra de tus columnas de amor, como el resto de tu familia que te amaba tan profundamente. Estudié gran parte de tu repertorio para voz y coincidimos en muchas ciudades y escenarios, grabaciones; tu homenaje con las Xacobeas en Santiago de Compostela, tantos momentos de estudio en tu casa que siempre estaba abierta para los músicos. El regalo del Tríptico que me dedicaste sobre poesías de Juan Ramón Jiménez, y por fin el último abrazo sobre el escenario en la Sala Bolshói de Moscú con la Cantata ‘Alegrías’, tu nieto Hugo como narrador y Adriana con nosotros. La emoción del público, de nuevo ‘La música del corazón’.

Tu legado vivirá en nosotros eternamente. Siempre te quisimos y lo seguiremos haciendo, querido Antón. Qué recibimiento te habrá hecho Áurea a tu llegada…. Tu música era una música de sentimientos, de verdades, ¡¡de vida!!

Hasta siempre, Antón, ¡¡¡gracias!!!

Con todo mi cariño,

María José Montiel.

Mezzosoprano, Premio Nacional de Música y Catedrática de Canto de la Universität Künste de Berlín.