Heppner, todo un tenor
Temporada del Real
Heppner, todo un tenor
Obras de Wagner y Beethoven. Ben Heppner, tenor. Orquesta Titualr del Teatro Real. Eric Hull, director. Teatro Real. Madrid, 23 de enero
Ben Heppner había dejado un regusto amargo en el público madrileño cuando, con muy buen criterio, hubo de suspender su concierto de presentación en el descanso del mismo ante la imposibilidad de que su voz volara sobre la orquesta y él mismo debió quedarse frustrado. De ahí que existiera verdadera curiosidad por comprobar si Heppner hacía honor a la fama que le precedía.
El tenor canadiense salió a escena queriendo dejar claro desde la primera y hasta la última nota que con él no rezan los versos de Machado “aguda espina dorada, quién te pudiera sentir en el corazón clavada”. ¡Y vaya si se sacó la espina! No sólo dejó claro que su voz podía traspasar la orquesta sino que podía hacerlo sin gritar, fraseando y cantando. Hizo muy bien además en cambiar el programa respecto al del pasado año, eliminando el repertorio italiano y centrándolo en Wagner con la sola excepción de las arias de “Freischütz” y “Fidelio”. Fue precisamente en ésta donde rozó los apuros, pero qué tenor no padece las inclemencias de la escritura de la última parte del aria de Florestán. Sus escenas de “Lohengrin”, “Walküre”, “Tristan e Isolda” y “Maestros cantores” supusieron una soberbia lección de cómo cantar Wagner y frente a ello casi da igual que, como es lógico a los 52 años, la voz no tenga la misma consistencia en graves y centro que hace una década, aunque conserve bien el registro agudo. Finalizó metiéndose al público en el bolsillo con unas estrofas en español del “Tuyo es mi corazón” de “El país de las sonrisas” de Lehar. La cara de satisfacción al saludar lo decía todo.
Lamentablemente el concierto tuvo la mancha de la flojísima participación de la orquesta bajo la dirección de Eric Hull. No sólo en el preludio del primer acto de “Lohengrin”, sino en casi todas las páginas orquestales abundaron los desajustes. Sinceramente, los proyectos de portier respecto a la agrupación causan gran inquietud, pues la Sinfónica no está como para carecer de un buen titular estable. Será aspecto al que tengamos que prestar mucha atención. Gonzalo Alonso
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