Estimado Sr. Beckmesser:

Ante todo quería agradecerle la inmediata publicación de mi acertijo que le envié hace unos días. En cuanto a la respuesta, por pudor, seguiré sin citar el nombre y habrá a quién le parecerá intrascendente lo ocurrido o justificable con alguna excusa, pero a quien no vi ni antes, ni durante, ni tras el concierto y me pareció intolerable, fue al director «artístico» de los que allí tocaban. Los motivos, varios:

1- Cierre de ciclo en el Auditorio Nacional. (director del Auditorio, presente)

2- Concierto homenaje a la mujer compositora. (Dosis de respeto, por favor)

3- Director invitado. (Wolfgang Lischke)

4- Algún estreno. (¡Incluso algún encargo!)

5- Tostón de programa. (Solidaridad con el respetable, por Dios)

6- Hay otros grupos que tocarían con más ganas. (Están deseando tocar en el Auditorio)

7- Lo pagamos todos.

Quizá con un auditorio lleno y un concierto entretenido no le hubiera dado importancia, pero lo cierto es que me fui enervando por momentos y aun no he desarrollado la capacidad de marcharme de los conciertos quizá porque guardo la ingenuidad de que algo bueno va a pasar. Obviamente no fue así. Por lo que no entiendo cómo, dado lo dicho, no lo hace prioridad y al contrario que un rey, sea, llega el primero y es el último en marchar.

Viendo mi incapacidad de moverme, puede que recupere la valiente costumbre del grito, del pataleo, abuchear lo mediocre. ¡Basta ya!

Si le gusta esa música que se compre un vinilo o un disco compacto, que los hay; y si no le gusta, por San Gestas, que no la programe.

El caso sr. B. es que hoy le escribo por otro motivo, y para ello he de confesarle que soy insomne. Esto que hace que algunos momentos impredecibles y, en ese estado, totalmente atemporales, se produzcan unas pequeñas fases de vigilia que yo estimo en unos 13 minutos, por decir un número, fases de empanamiento mental en las que se generan visiones y asociaciones curiosas, fantásticas, muy difíciles de disociar con la realidad.

Ayer sin ir más lejos, bueno, creo que fue ayer; tuve una que toca nuestros temas y es por eso que le pido consejo.

Viene hoy a mí como un recuerdo vago y no distingo ya si lo he leído, si lo vi en el televisor, si lo contaba usted el otro día en los chascarrillos y ocurrencias…

Me pareció soñar o sentir unas ayudas del gobierno…2..sí..2………no…no…no…2 y medio…sí… dos millones y medio de euros…destinados a la remodelación de teatros…o teatros que vayan a ser remodelados…o algo así…Sr. B. No consigo ver con claridad ¡hay demasiada luz!…teatros que vayan a programar espectáculos; teatro, música y danza, de otras Comunidades……de repente unas letras empezaron a cruzar mi mente

E… G… A…E…G…A…S…A…A…E….A…A…A…A…S…..

Yo no entendía nada… un chasquido, un zumbido, un flash; todo claro. Una sola frase y mi mente estaba abierta:

Sedes Integrales. SGAE.

Le soy sincero, no sé cómo llegué a esta extraña conclusión, pero de repente era como si en mi cabeza todo formara parte de un plan ideado por un ser extraño antropomorfo color rosa foto-luminiscente con dedos largos gelatinosos y con mirada fría, sonrisa permanente pero de los que no tienes duda que te vendería por unas monedas de plata.

¿Encajará el puzzle Sr. B? ¿Será este un NUEVO caso de; «constrúyase su propia subvención»?

¿Será todo producto de mi delirio insomne? No estoy seguro de que exista tal subvención ni de que exista tal SGAE y ese ser color rosa foto-luminiscente, pero en mi mente todos los lugares donde este alienígena iba sembrando sus larvas recibían un suculento pedazo de pastel. Es más, los ingredientes del pastel dejaban claro que era comida específica para alienígenas. ¿Qué está pasando sr. B.? Ayúdeme. Necesito saber qué es real. Por favor, ¡INVESTÍGUESE!

Reciba un afectuoso saludo en estas fechas llenas de símbolos para mucha gente. Por mi parte le deseo honestamente a usted y a los suyos lo mejor y mucha felicidad para el año que empieza.
RDF