Eso reza el enorme cartel que se ha puesto Fernando Palacios en la puerta de su despacho en Radio Clásica. Que tenga cuidado no se le desboque el caballo y se pegue, como vulgarmente se dice, una leche. Ya se la dieron los jovenes locutores que retransmitieron “La Sonambula” desde Cagliari. Para nota, penoso.