MAURICIO SOTELO HACE HABLAR AL VIENTO

Festival de Música de Alicante
Obras de HÜREL, SOTELO, MENDOZA y POSADAS. Cañizares (guitarra flamenca. Grupo Instrumental de Valencia. Director: Joan Cerveró. Teatro Principal, Alicante, 18 de septiembre de 2009.
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Que un festival dedicado a la música contemporánea cumpla en España 25 años de vida es un acontecimiento; la simiente depositada hace un cuarto de siglo por Tomás Marco, fundador de la muestra, ha dado un fruto magnífico, que ya puede presumir de un historial prestigioso y de seguir encarando lo que su forjador soñó: que Alicante fuera referencia y escaparate de la creación internacional. Hoy Jorge Fernández Guerra, responsable de las nueva últimas ediciones, ha hecho suyo el testigo y, en época de crisis y mermas presupuestarias, juega con la imaginación para que el listón no descienda. La inauguración de este 2009 se ha confiado a un excelente conjunto, el Grupo Instrumental de Valencia, regido desde su nacencia (1991) por el siempre eficaz y preciso Joan Cerveró (Manises, 1961).
“Si hay partes en que parece Manolo Sanlúcar.” No sé en qué medido este comentario de una espectadora haría feliz a Mauricio Sotelo (Madrid, 1961), aunque sí nos pone en la pista de que con este “Cuando llora el viento” estamos ante una de las composiciones más asequibles del músico, y todo ello, con el debido respecto a la oyente, sin que el artista renuncie a las características de su lenguaje, en el que la exploración del timbre sigue siendo elemento primario. Pero desde que, al inicio y al final de la pieza, Sotelo plasma el sonido del viento con el platillo percutido sobre el timbal, el arpa de Luisa Domingo o el ulular del trombón sin emisión notacional, se asiste a un cierto descriptivismo infrecuente en la obra del compositor. La pasión del creador por el flamenco halla aquí reflejo en la guitarra, con ’scordatura’, de Juan Manuel Cañizares, al que incluso confiere una amplia cadencia. No menos personal, y bien distinto del de Sotelo, fue también el lenguaje de otra buceadora del timbre, la sevillana Elena Mendoza (1973), que presentaba el otro estreno de la sesión, la primera parte de sus “Fragmentos de teatro imaginario”, sucesión de miniaturas puntillistas de nada fácil ejecución. Cerveró y sus solistas, con el infalible Juan Carlos Garvayo haciendo piruetas con el piano, dieron la sensación de que todo era sencillo, y aún más en la densa “Anamorfosis” de Alberto Posadas (Valladolid, 1967), conceptualmente compleja e interpretativamente brillante, con cita obligada del admirable oboista Fermín Clemente. Alicante ha empezado bien y promete más en días venideros.