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“Elias” desde el academicismo
Por Publicado el: 19/09/2009Categorías: Crítica

Una Salomé llena de simbología

Festival de Ópera de Tenerife
Una Salomé llena de simbología
“Salome” de Strauss. N.Beller Carbone, R. Sadnik, G.Araya, E.Silins, F.von Bothmer, etc. Orquesta Sinfónica de Tenerife. Dirección de escena: P.L.Pizzi. Dirección musical: Oleg Gaetani. Auditorio de Tenerife, 17 de septiembre.
La Ópera de Tenerife comienza una nueva etapa bajo la dirección artística de Giancarlo del Monaco en plena crisis económica, lo que obliga a economizar cada uno de los millón y medio de euros de financiación pública. No es mucho, pero puede dar juego con una buena administración. Empezar en Tenerife con una obra como “Salomé” significar hacerlo pisando fuerte y arriesgando, máxime cuando la primera de las dos representaciones cae en día de diario. Pero el Auditorio prácticamente se llenó y se agotaron las entradas para la segunda, en sábado.
Los avezados en la materia saben que los conceptos escénicos de del Monaco y Pier Luigi Pizzi no son nada coincidentes y que entre ambos ha existido rivalidad y más de una polémica. Por ello no deja de sorprender y habla muy bien de ambos que la nueva etapa se abra precisamente con un encargo del primero al segundo. Todo un ejemplo que debería ser imitado por Mortier en la nueva etapa del Real. El propio Pizzi, como Carsen, Loy y otros muchos tienen en principio muy difícil su presencia futura en Madrid. Claro que del Monaco conocía la producción de Reggio Emilia y sabía lo que hacía. Este es un Pizzi diferente, bello escenográficamente como siempre, pero mucho más conceptual y simbólico de lo acostumbrado. Puesta en escena casi cósmica, con una luna protagonista que mira y a la que miran los protagonistas de Oscar Wilde. Hay soluciones notables como la planteada para la siempre problemática danza de los siete velos y tan sólo el largo beso final de Salomé a Juan el Bautista puede ser discutido. Violenta, como debe ser, pero muy equilibrada la dirección de Oleg Gaetani en la versión de plantilla reducida, sacando todo el jugo a la espléndida Orquesta de Tenerife. ¡Qué suerte para todo teatro contar con unos músicos de este nivel en una ópera sinfónica!
Frecuentemente se olvida, pero hay 17 cantantes en “Salomé” y todos importantes, desde el primer nazareno a la propia Salomé, pasando por el paje o los cinco judíos. La homogeneidad y calidad en todos recuerda los teatros asentados que cuentan con compañías propias. Estupendos Egils Silins, de voz poderosa, como el Bautista, el Narraboth de Ferdinand von Bothmer y el Herodes de Roman Sadnik. Nicola Beller Carbone iluminó la fundamental parte aniñada de Salomé y mostró lo que hoy día es una artista completa, capaz de cantar y también de dar total credibilidad escénica a un personaje. Resulta incomprensible que debutase en España, país al que tan ligada se encuentra en lo personal. El público respondió con entusiasmo, demostrando que el reto había sido superado con total éxito. Gonzalo Alonso

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