El “Requiem” de Verdi, música imposible
Música imposible
Con el cartel de no hay entradas colgado en la puerta finaliza su temporada la Orquesta Nacional. Naturalmente, con un concierto de repertorio significativo, del que se encarga su director titular, David Afkham: la misa de réquiem de Giuseppe Verdi, o lo que es lo mismo la cumbre romántica del género. Significativo y singular repertorio, repertorio vocal de tanta altura que seguramente no se puede ascender más, y a la vez repertorio popular donde los haya, sin que se agote la singularidad en ello, pues a esa popularidad se une una dificultad interpretativa casi insalvable en todas las áreas de la obra: solistas, coro, orquesta y director. O se cuenta con cuatro cantantes muy buenos, un coro que realmente cante, una orquesta que toque de verdad desde la primera nota y un director que tenga técnica y cabeza o ni siquiera está asegurado un mínimo. Todos los grandes han hecho su versión del Requiem de Verdi, en vivo y en disco, pero se cuenta con los dedos de una mano, y sobran, las auténticas versiones únicas. Como aficionado me han salido los dientes escuchando esta música; a los Toscanini, Barbirolli, Solti, Giulini, Bernstein, Maazel, Muti, o, más tarde Barenboim o Pappano, y poca cosa se me ocurre decir al hurgar en mi imaginario personal; es poca, y muy justita, porque en todas esas versiones salvo alguna clamorosa y muy llamativa excepción, hay siempre algo que se sale del tiesto, algo que les impide ser una versión redonda. No conozco una obra más difícil de interpretar, y ¡mira que las hay! El Requiem de Verdi es una auténtica música imposible.
Por consiguiente, disfrutar de un nuevo Requiem de Verdi requiere olvidarse de planteamientos de este tipo. Cada minuto que pasa en mi vida me deja más clara una cosa: la interpretación de una obra es fundamental, pero lo auténticamente insustituible y único es la obra misma. Así que hago esfuerzos –como crítico y como aficionado- para salir de esa especie de rueda de la perfección que es el circo de los intérpretes, para volver al principio y quedarme solo con la música. Se puede hacer, porque los niveles medios en cuanto a interpretación han aumentado en los últimos años lo suficiente; y se debe hacer, porque la información que antes ofrecían los discos ha dejado de existir, con lo que las nocivas comparativas entre versiones han dado paso a análisis más inmediatos. Más normales.
Afkham tiene mucho tajo esta vez. Los cantantes, una vez más, lucharán por dar vida a esa maravilla de perfección, belleza y emoción que es la escritura vocal verdiana; el coro sufrirá como siempre para alcanzar los espacios imaginados por Verdi; la orquesta habrá de multiplicar sus aptitudes y actitudes para seguir el camino… Sí, a Afkham le esperan unas jornadas de mucha enjundia. Pero si hay una noticia auténticamente buena para la gran casa OCNE es su propia presencia y adaptación al medio. Ya está anunciada la próxima temporada, con un buen número de conciertos protagonizados por él, y vamos ya a despedir esta con todos los honores. Es difícil desear más y mejor para la institución y sus directivos. El progreso es muy evidente, y hay que celebrarlo. Enhorabuena. Pedro González Mira
VERDI: Requiem. Aga Mikolaj, Marina Prudenskaya, Saimir Pirgu, Christopher Purves, barítono. Coro y Orquesta Nacioinales de España. Dir.: David Afkham. Viernes 30 y sábado 1, 19.30; domingo 2, 11.30. Entre 11 y 37 €.
Últimos comentarios