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Por Publicado el: 20/02/2016Categorías: Crítica

PETER GRIMES en Berlín: fuerzas estables

PETER GRIMES (B. BRITTEN)

La importancia de las fuerzas estables en un teatro de ópera

Deutche Oper de Berlín.18 Febrero 2016.

Es curioso lo que me ocurre con esta obra maestra de Benjamín Britten. No puedo decir que sea una ópera que forme parte del gran repertorio, pero tampoco se puede considerar como una rareza, de modo que no faltan oportunidades para poder verla. Sin embargo, y por motivos extraños y circunstanciales, hacía nada menos que 12 años que no tenía la oportunidad de verla en vivo. Así que esta representación ha sido algo así como  si  me  hubiera  encontrado  con  un  viejo  amigo  del  que  guardo  magníficos recuerdos y al que no veía desde hace mucho tiempo. Debo decir que he encontrado a mi amigo en buena forma y lamento no haberle visto en tanto tiempo. El resultado ha sido bueno en todos los órdenes, como luego explicaré.

  PETER GRIMES. BERLIN DO_page4_image1Escena

La producción ofrecida es la ya conocida de David Alden, que volvía a representarse en la Deutsche Oper de Berlín, tras su primera aparición en este escenario en el año 2013. El espectáculo escénico es una producción de la English National Opera, la Ópera de Flandes y la Ópera de Oviedo, habiendo tenido su estreno absoluto en Londres en el año 2009. En Oviedo se pudo ver y con mucho éxito en Enero de 2012.

La producción de David Alden me ha parecido muy adecuada, llevando la acción a la época de composición de la partitura (años 40), narrando bien la trama y creando una atmósfera cerrada y opresiva, muy adecuada para la ópera. La escenografía de Paul Steinberg se basa en paredes móviles, con un techo ondulado (facilita la proyección de las voces), en colores grises y oscuros, destacando el acto segundo desarrollado en un muelle con el mar al fondo y la iglesia a la derecha. Adecuado también el vestuario de Brigitte Reiffenstuel, contando con una buena iluminación de Adam Silverman. La dirección de escena de David Alden es francamente buena, sacando un gran partido de los personajes secundarios y del coro, convertido en un protagonista escénico de la mayor importancia. Los personajes están muy bien definidos en todos los casos y la producción se ve con agrado e interés.

PETER GRIMES. BERLIN DO_page4_image2Escena

Al frente de la dirección  estaba el director musical de la compañía, que no es otro que el escocés Donald Runnicles. Estamos, sin duda, ante un excelente director, como lo ha demostrado en tantas ocasiones y no ha sido ésta una excepción. La verdad es que la Deutsche Oper cuenta con un estupendo director titular, a cuyas órdenes funcionan perfectamente las fuerzas estables de la casa, es decir la más que notable Orquesta de la Deutsche Oper y el magnífico Coro,   éste, como siempre,   dirigido por William Spaulding.   Dicho esto, tengo que añadir que la dirección de Donald Runnicles ha tenido que luchar en mi caso con el magnífico recuerdo que conservo de las milagrosas direcciones en esta ópera de Antonio Pappano y de Kazushi Ono. Para mi gusto se quedó algún peldaño por debajo.

Peter Grimes fue interpretado por el tenor británico Christopher Ventris, que hizo una notable interpretación del atormentado y violento personaje. La voz es adecuada para el rol  y supera las dificultades de la partitura, aunque se le vea algo apretado en algunos momentos.

Todas las intérpretes de Ellen Orford tienen que luchar en mi caso con el recuerdo de la interpretación que hacía del personaje la excepcional soprano británica Susan Chilcott, a la que los aficionados tanto añoramos. En Berlín hemos tenido a Judith Howarth, una intérprete sensible del personaje, pero no excepcional, con una voz un tanto reducida, aunque cantó con gusto.

En el personaje del Capitán Balstrode tuvimos la mala suerte de que cancelara Markus Brück, uno de los mejores barítonos de la actualidad en mi opinión. Su sustituto fue el británico nacido en Egipto Peter Sidhom, que lo hizo bien, aunque a su voz le falta mayor nobleza y proyección.

PETER GRIMES. BERLIN DO_page4_image3Escena

Los personajes secundarios tienen una gran importancia en esta ópera y fueron bien servidos en todos los casos. El barítono Noel Bouley fue un adecuado Swalow. Buena la  interpretación  del  tenor  Thomas  Blondelle  como  Bob  Boles.  Bien  también  el barítono Simon Pauley como Ned Keene. Voz poco interesante la de Annika Schlicht como  Auntie.  Sin  brillo  especial  Dana  Beth  Miller  en  la  parte  de  Mrs.  Sedley. Adecuado el tenor Clemens Bieber como el Pastor Adam. Sonoro y autoritario el Hobson de Albert Pessendorfer. Capítulo aparte merecen las intérpretes de las “Sobrinas”,  bien  servidas  en  todos  los  sentidos  por  Nicole  Haslett  y  Alexandra Hutton.

El teatro ofrecía una ocupación de alrededor del 75 % de su aforo. El público dedicó una muy cálida acogida a todos los artistas, especialmente a Christopher Ventris y a Judith Howarth.

La representación comenzó puntualmente y tuvo una duración de 3 horas y 15 minutos, incluyendo dos intermedios. Duración musical de 2 horas y 19 minutos. Siete minutos de aplausos.

La localidad mas cara costaba 81 euros, siendo el precio de la más barata de 24 euros, pudiendo  por  este  precio  ocupar  butacas  de  platea  en  las  filas  más  alejadas  del escenario. José M. Irurzun .

Fotos: M. Lieberenz

 

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