Verona en 3D: ¿Tiene futuro la ópera digital?
Verona en 3D: ¿Tiene futuro la ópera digital?
El casi centenario festival utiliza por primera vez en sus representaciones tecnología en tres dimensiones y pantallas de LED como escenografía. ¿Puede afectar al trabajo futuro de los directores de escena? ¿Es el primer paso de una nueva era escénica? Lo explica Paolo Gep Cucco, CEO y director creativo de la empresa D-Wok, encargada de esta “revolución” en la Arena.
Parecía real, pero no lo era. Frente a los espectadores, con un aforo sensiblemente mermado por la pandemia (6.000 almas frente a las más de 13.000 que ocupan las gradas un verano como los de antes), se levantaba un pueblo siciliano de 400 metros cuadrados en blanco y negro. Y gris. Era el escenario de “Cavalleria rusticana”, de Mascagni, título que levantó el imaginario telón de majestuoso festival Arena de Verona, acostumbrado en su escena a obras de inmensa envergadura, regias enormes y brillantes, elefantes y caballos que este año, más de 300 días después de la anterior edición (en 2020 no se celebró esta cita lírica, como sucedió con otros festivales de referencia, léase Bayreuth o Aix-en-Provence), se ha valido de la tecnología en 3D para sus decorados. Una sucesión de imágenes dinámicas en tres dimensiones transmitidas a través de enormes pantallas LED capaces de recrear este ambiente de pueblo con tintes neorrealistas. “En noviembre del año pasado nos dimos cuenta de que necesitábamos un plan alternativo ante la posibilidad de que no pudiéramos utilizar los grandes sets”, ha asegurado la gerente general de la Arena, Cecilia Gasdia. “Después de todo, este festival está acostumbrado al montaje de grandes espectáculos, un poco faraónicos, con gran calidad artística”, añade.
La encargada de poner en pie esta nueva realidad es la compañía D-Wok. Los trabajadores de la Arena han colaborado estrechamente con el equipo de esta empresa de la que este año Davide Livermore (regista, ex director artístico del Palau de les Arts y encargado de inaugurar la próxima temporada scagliera con “Macbeth”) y Paolo Gep Cucco han adquirido el 40% de las acciones. ¿Qué aporta el 3D a un escenario grandioso como el de Verona? Quien responde es Gep Cucco: “Se trata de un enfoque muy diferente del uso habitual del espacio escénico ya que permite una gran flexibilidad, cambios muy rápidos, uso de diferentes aportaciones visuales… la escena vive en una dimensión más cinematográfica: podemos reconstruir entornos 3D extremadamente realistas, o animar cuadros, o incluso utilizar imágenes históricas para contar el libreto con una profundidad de lectura y una estratificación de conceptos que no se puede obtener con una escena ya construida”, explica. Y va aún más lejos al asegurar que “podemos representar los pensamientos internos de un personaje, o crear una tormenta que perturbe la escena o sencillamente cambiar una escena del día a la noche animando todas las partes, desde los cielos hasta el paisaje. En la Arena, donde los cambios de escena se producen a la vista del público, una escenografía digital como la nuestra permite ambientar cada obra en decenas de escenas diferentes para dar una estética “en movimiento””.
Relación estrecha con el regista
Nos es extraño plantearse cómo puede afectar este cambio tecnológico, una auténtica revolución, a la labor de los directores de escena, pues por este teatro han pasado desde Franco Zeffirelli a Hugo de Ana, una pléyade de grandes nombres que han dotado las óperas verdianas de una envergadura a veces apoteósica. “Nuestro trabajo es ensalzar la historia trabajando con la partitura. La relación con el regista es y va a ser siempre muy estrecha porque hay que trabajar conjuntamente para crear el enfoque de la acción o para dar la atmósfera adecuada o amplificar un efecto especial. Es posible, así, ser visionario y onírico, y crear piezas que se parecen más a las películas que a los decorados”. Es el caso de “Pagliacci”, de Leoncavallo, con unas proyecciones absolutamente coloristas sobre un fondo más sobrio inspirado en un set de rodaje de Fellini (que recuerda a su inolvidable película “La Strada”) para subrayar esa mezcla entra la vida y el teatro. D-Wok ya firmó la apertura de la temporada pasada de La Scala, un estreno virtual que llegó hasta la Ópera de Sydney con una “Aida” sin decorados y con píxeles.
No habrá este verano desfile de elefantes en “Aida”. Este año, no. Pero sí un acercamiento casi real a las pirámides, a la arena del desierto, a las tumbas faraónicas. “La tecnología no es algo ajeno a la ópera, sino que, por el contrario, ha caracterizado su nacimiento y desarrollo con decenas de inventos escénicos. En esta tradición, el uso de pantallas LED y escenas virtuales es solamente un paso adelante para contar una historia que durante cientos de años ha llevado la belleza italiana al mundo. Estoy convencido que será cada vez más parte del futuro de la ópera, como acabamos de demostrar en Arena y en los estrenos de la Scala”, comenta Gep Cucco, quien destaca que la utilización de este técnica potencia el lado cinematográfico de la ópera, arte total por excelencia: “Junto con nuestros diseñadores de espectáculos, la integración de la visión de la dirección con el proyecto de vídeo en 3D da una nueva dimensión al concepto de dirección en sí. Un camino intermedio entre el director cinematográfico y el teatral, donde la escena se convierte en un efecto especial”.
La voz de Eyvazov
Los cantantes ya se han manifestado sobre esta nueva escena. El tenor Yusif Eyvazov, uno de los protagonistas de “Cavalleria rusticana/Pagliacci”, declaraba a Ap que “es realmente tan hermoso de ver que no te das cuenta de que delante no tienes un escenario real. Y el público puede ver un espectáculo real, y no solo un concierto. Además resulta beneficioso para la voz, pues es muy cómodo para el instrumento. Es una pared, que también da soporte acústico, y eso es muy importante en la Arena, porque cantamos al aire libre”. Mientras las nuevas tecnologías ocupan el escenario inmenso de Verona, los decorados de “Cavalleria rusticana”, título previsto para la temporada pasada y que se ha retomado esta, permanecen a medio construir en un inmenso almacén. Nunca llegaron a terminarse. ¿Será una alegoría del futuro que los espera? Gema Pajares
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