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FAUSTO EN MÁLAGA
Por Publicado el: 06/12/2006Categorías: Crítica

Muy emotiva
Alicia Nafé (Mezzosoprano)
Piano: Julio Alexis Muñoz
Lugar: Teatro Principal de Alicante
Organización: Sociedad de Conciertos
Fecha 06/11/2006

Alicia Nafé es una de esas cantantes para quitarse el sombrero. No decimos nada nuevo, que se trata de una de esas grandes del panorama lírico internacional, que convierte sus recitales en verdadera pasión. De principio a fin, un programa para disfrutarlo, donde no flató la ópera italiana, la francesa, la pulcritud de Xavier Montsalvatge, el intimismo de Falla y el recuerdo de la patria natal – Nafé es argentina- con las emotivas canciones del maestro Carlos Guastavino. Si preguntan que fue lo mejor, difícil sería discernirlo. Comenzó con la bellísima aria de Adalgisa “Sgombra è la sacra selva” de “Norma”, con una más que bordaba interpretación, perfecta. Y de Vincenzo Bellini la también aria “Deh, tu bel’anima” de “Capuleto e í Montecchi”. Para continuar con “La regata veneziana” de Rossini, el aria “Connais tu le pays” de “Mignon” de Ambroise Thomas (con una expresividad que hizo estremecer hasta las bambalinas) y acaba la primera parte con la bellísima “Habanera” de Carmen, que arrancó la ovación del público.
Tras el descanso desarrolló un programa de gran emotividad, que permitió descubrir la finísima escritura musical de Xavier Montsalvatge, inspirada en la Cuba de antaño, esa que conocieron nuestros abuelos y que el desastre de 1898 se llevó. Las “seis canciones populares españoles” traslucieron toda la sensibilidad de la intérprete, que verdaderamente se vació con la selección de canciones argentinas de Carlos Guastavino. Pero no acabó aquí la cosa, que los bises esta vez cuentan, y vaya que sí, que “El árbol del olvido” de Ginastera lo lució con un soberbio esmero vocal, y hasta se atrevió con la hermosísima y también ardua “Aria del beso” de Samson et Dalila” de Saint Saëns. Fue un momento mágico, tan sólo el inicio “Ah! Réponds à ma tendresse! Y los vellos se erizaron por la fuerza de la música y el porte de una mezzosoprano exquisita, que exhibió calidad a raudales y, lo que también es importante, simpatía. David Garrido

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