«Caña al moro hasta que rece el padrenuestro» ,
«Caña al moro hasta que rece el padrenuestro» como decían los cruzados
Xoán M. Carreira. Mundoclásico 18-09-2008
El pasado 6 de septiembre, en la sesión de clausura del II Foro de la Música Contemporánea de Alicante, al término de la lectura de las conclusiones de la mesa de programadores y promotores, pidió la palabra el director artístico del Auditorio Nacional de Madrid, José Manuel López López, para pedirnos a todos los presentes, y muy especialmente a los compositores, que nos solidarizáramos con él en su actual lucha como cargo público contra un promotor empecinado en programar en el Auditorio Nacional obras -al parecer insuficientemente dignas del nuevo público que López López aspira llevar al Auditorio Nacional- como la Novena Sinfonía de Beethoven o los Carmina Burana de Carl Orff y que dicho anónimo promotor, al ser requerido para programar una cuota obligatoria de música española, tuvo la osadía de proponer autores -al parecer, igualmente indignos de aprecio estético- como Pablo Sarasate o Joaquín Rodrigo.
La sesión estaba presidida por la Subdirectora General de Música y Danza, Marta Cureses, quien al no desautorizar a su subordinado legitimó con su silencio la convocatoria de un representante del Gobierno de España para que un grupo de ciudadanos acosasen moral y mercantilmente a una empresa legítimamente constituída y limitasen el libre desarrollo de las actividades mercantiles para las que fue fundada y por las que paga impuestos. Entre abochornado y asombrado por lo que estaba sucediendo, pedí el turno de palabra y dije que cualquier acusación sine nomine es por sí misma difamatoria e indigna pues priva al acusado de cualquier posibilidad de defensa al no existir una identificación del aludido. Adenás, es socialmente peligrosa al ensuciar el prestigio de un colectivo que ve empañado su quehacer por una acusación genérica. Exigí al director artístico del Auditorio Nacional una identificación fehaciente del promotor al que estaba imputando. López López, que tomó la palabra a continuación, se negó a identificar a la empresa contra la que había solicitado las acciones solidarias de los presentes.
Cedo a los lectores el placer de calificar la dimensión ética de José Manuel López López, la categoría política de Marta Cureses y y el juicio que les merece el ministro Cesar Antonio Molina que los mantiene en sus cargos tras esa demostración de nulo respeto a los derechos constitucionales. La calificación jurídica de los hechos corresponde a los gabinetes legales de las empresas afectadas por las palabras de López López.
Yo simplemente puedo basarme en las muchas películas del Oeste que vi en mi infancia y adolescencia, que me permitieron familiarizarme con la Ley de Lynch, eso que vulgarmente se llama el linchamiento público.
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