Crítica: potente Shostakovich de Jurowski
Ciclo Ibermúsica
Potente Shostakovich de Jurowski
Obras de Prokofiev y Shostakovich. Lisa Batiashvili, violín. Gustav Mahler Jugendorchester. Vladimir Jurowski, director. Auditorio Nacional. Madrid, 12 de abril de 2018.
Gonzalo Alonso
¡Qué lejos queda en el recuerdo la cena, en Salzburgo, en la que Claudio Abbado hizo la presentación de la Gustav Mahler Jugendorchester allá por 1987. Eran unos chicos provenientes de varios países que tocaban estupendamente pero, sobre todo, tocaban con entusiasmo bajo el mando de su maestro creador. También, lo recuerdo, eran bastante mal educados en la mesa. Ya entonces había algunos españoles, pero no tantos como ahora, que suponen el grupo más numeroso con 23 instrumentistas. Curiosa es la clara mayoría de mujeres en la cuerda y la no tan clara de hombres en el resto de las secciones. Es algo que también se refleja en los violinistas que participarán en la próxima temporada recién anunciada por Ibermúsica. La última antes de la celebración de sus 50 años. Por cierto, habrá tres directores españoles en ella.
En una placa en el Teatro Munumental, que esperemos se conserve tras la reforma en curso, se recuerda que en él se estrenó el segundo concierto para violín de Prokofiev el uno de diciembre de 1935, con la presencia del propio compositor, el maestro Fernández Arbós y la Sinfónica de Madrid. A Prokofiev le gustó la ciudad y así se lo contó a su esposa española, Lina Codina. Posiblemente fue su influencia causa de las castañuelas en el último movimiento, de notable sabor español. No dejen de leer el libro “Una pasión rusa” si aún no lo han hecho. Tocó muy bien Lisa Batiashvili, con sonido bello de su Guarneri que Jurowski nunca apagó.
Pero el plato fuerte era la monumental “Sinfonía n.8” de otro ruso, Shostakovich, escrita en unos años claves para el mundo cuyo clima bélico impregna la partitura. Jurowski, futuro director titular de la Ópera de Munich, supo combinar los momentos apoteósicos, de admirable rotundidad y sonido compacto de la orquesta, con la delicadeza de los más líricos. El “largo”, cuarto tiempo, resultó subyugante. También hay que mencionar al espléndido corno inglés del primer movimiento o las trompetas del tercero y el quinto. Una lectura y una ejecución de campanillas.
Muy buena Crónica, señor Alonso . De acuerdo con todo lo que dice. También en la recomendación literaria