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Por Publicado el: 27/08/2023Categorías: En vivo

Critica: Stravinski pudoroso en la Quincena

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STRAVINSKI PUDOROSO EN LA QUINCENA

Stravinski: “Oedipus Rex”. Irène Jacob, Peter Marsh, Claudia Mahnke, Michael Petrenko, Fernando Latorre, Damián del Castillo, Aitor Garitano. Sinfónica de Bilbao, Coro Easo. Director musical: Erik Nielsen. Dirección de escena: Santi Arnal y Anna Fernández. Nueva producción de Per Poc y Quincena Musical. 24 de agosto de 2023.

Esta ópera-oratorio de Stravinski, basada en Sófocles, es obra pétrea, concisa, escultórica, rectilínea y desnuda; agresiva, geométrica, vigorosa y aristada. Jean Cocteau, siguiendo las indicaciones de Stravinski, creó una acción dramática estática y de contundente rigidez, con lo que cualquier detalle cobra inusitado protagonismo. Sus personajes pueden ser comparados a estatuas vivientes que no actúan y prácticamente no se mueven. Solo lo hace el narrador, aquí narradora, la excelente y siempre expresiva, de cuidada y lineal acentuación Irène Jacob, notable actriz cinematográfica en tiempos. Protagonista de películas de Kieslowski.

Cocteau demandaba que los actores-cantantes solo movieran brazos y cabeza e indicaba que los protagonistas debían estar vestidos con trajes que permitieran esa gesticulación, con sus rostros cubiertos de máscaras. La obra, con esas premisas, parece llamada a un movimiento escénico especialmente parco. Algo que viene también marcado por la configuración musical, con una estructura rígida. Toda la partitura está impregnada de patrones rítmicos repetidos, regulares, imitativos, lo que ayuda a resaltar la idea del inexorable destino de Edipo. 

La concepción escénica de esta producción de la Quincena se aleja de estas premisas, lo que hace que la atención se disperse. Se anima el movimiento, pero se promueve la falta de concentración. Hay demasiadas cosas. Con el deseo de clarificar la acción, se refuerzan gestos y actitudes y se recurre a elementos expresivos bien intencionados y a veces innecesarios: continuas proyecciones alusivas a hechos, objetos, sucesos, eventos. Se juega permanentemente con el movimiento de máscaras, ropajes, en un continuo ir y venir, en un paseo permanente de los personajes. El coro masculino aparece y desaparece entre variadas luces y contrastes lumínicos. Llevan máscaras que no usan. 

De tal guisa que la acción pierde desnudez, linealidad y se hace más variada y confusa; en detrimento de los valores estrictamente musicales; que, por otra parte, fueron en general bien servidos por la dirección del estadounidense Erik Nielsen, actual titular de la Sinfónica de Bilbao, que sonó bajo su mando de manera muy grata, aunque en exceso bonancible. Se habría querido una mayor agresividad, superficies más descarnadas, ritmos más virulentos. La versión que, como curioso y poco explicado pórtico, se dio de la obertura Fantasía “Hamlet” de Chaikosvki -suponemos que para rellenar teniendo en cuenta que “Edipo” no dura mucho más de 50 minutos- no tuvo tampoco la temperatura y la claridad ideales y discurrió mansa y elegantemente.

De las voces concurrentes nos quedamos con la dicción, la elegancia fraseológica y el pastoso colorido de Irene Jacob, con la anchura vibrátil y corpórea de la sólida mezzo Claudia Mahnke (Yocasta). La buena expresión de Michael Petrenko (Tiresias), cantante valioso pero lejos de ser un bajo en condiciones, insuficiente para otorgar empaque a la figura. Edipo estuvo en la voz poco grata y esforzada del tenor Peter Marsh. En su punto el Creon de Fernando Latorre y el Mensajero de Damián del Castillio, barítonos de distinto fuste, entonados y vigorosos. Aitor Garitano, tenor muy lírico, cantó la breve parte de Pastor. Notable alto para el Coro Easo.

Muchos aplausos al final de un público que casi llenaba el Kursaal. De nuestra parte a la organización por recuperar una obra de este calibre, aunque en versión mejorable, que tan poco se programa entre nosotros. Arturo Reverter

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