Dos nuevas óperas en el Canal
ÓPERA
Buscandola novedad
EN LA MEDIDA DE LAS COSAS / IL GRIDARIO
Obras: ‘En la medida de las cosas’, de César Camarero, y ‘II gridario’, de Matteo Franceschini. / Dirección escénica: Raúl Arbeloa y Christian Gagneron. / Dirección Musical: Alberto Rosado y Renzo Toniolli. / Escenario: Teatros del Canal. / Fecha: 5 de noviembre.
Calificación: ***
Si se quiere hacer algo nuevo en la ópera, hay que hacer obras nuevas y a eso es a lo que se dedica Opera Dhoy, que acaba de presentar en los Teatros del Canal un doble programa de indudable interés.
Comenzaba con En la medida de las cosas, de César Camarero, sobre un texto -más conceptual y poético que dramático- de María Negroní. La música es adecuada y excelente, una ópera en la tradición de las esperas que van del “Erwartung”, de Schónberg, a Un parque, de De Pablo, con una economía minimalista adecua-da al texto.
Este sería un monodrama estático y digno de una pieza de concierto si no mediara una
puesta en escena Inteligente y milimetrada de Raúl Arbeloa. Gran trabajo de dramaturgia para no traicionar la obra y, sin embargo, insuflarle acción. Se apoyó en el sensacional trabajo de Sarah María Sun, a igual nivel de altura como cantante que como actriz. Musicalmente, los instrumentistas, que dirigía Alberto Rosado desde el piano, estuvieron muy adecuados.
Bastante distinta “Il gridario”, con música de Matteo Franceschini sobre un libreto de Andrea Franceschini. Aquí hay mucha acción y la música acusa un poliestilismo que va desde una electrónica onomatopéyica a coros supuestamente populares. Creo que la parte teatral era excelente, con un montaje vivo de Chistian Gagneron y vídeos muy conseguidos de Luca Franceschini. El actor Samuel Faccioli resultó excelente, mientras la soprano Laura Catrani le daba una buena réplica y el Coro Croz Corona estaba muy acertado bajo la dirección musical de Renzo Toniolli. Visualmente, la obra era atractiva y recibía una dramaturgia de corte innovador, como música era bastante mejor la de César Camarero.
El espectáculo en su conjunto resultaba interesante y el nutrido público asistente lo siguió con atención. Algo se mueve en el entorno de la ópera nueva y, aunque muchos intentos no estén totalmente logrados, el único camino posible para conseguir algo valioso es precisamente seguir intentándolo, descubrir cuales son las líneas actuales de un género que no debe estar muerto sino muy vivo. Sesiones así ayudan a conseguirlo. Tomás Marco
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