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Por Publicado el: 01/12/2010Categorías: En la prensa

Fallece Peter Hofmann

Peter Hofmann
De tenor wagneriano a fantasma de la ópera
El Mundo, 2/diciembre
El tenor Peter Hofmann convulsionó el mundo de la ópera en 1976. Guaperas, rubio con melena y de gesto seductor, su joven y atractiva presencia escénica revolucionó los convencionales clichés de la ópera tradicional. Deslumbró entonces a todos en el wagneriano Festival de Bayreuth dando vida, con solo 22 años, al personaje de Siegmund en la legendaria “Tetralogía del centenario”, dirigida musicalmente por Pierre Boulez y escénicamente por Patrice Chéreau. En 1990 volvió a sorprender a sus admiradores al protagonizar en Hamburgo el musical El fantasma de la ópera, que durante dos años cantó en 300 ocasiones. Hofmann fue un heterodoxo que interpretaba una canción rockera con el mismo énfasis con el que abordaba los más comprometidos personajes operísticos.
Su inesperada muerte, con 66 años, víctima de una afección pulmonar, se produjo en la noche del pasado domingo, en una clínica de la localidad bávara de Wunsiedel, a no muchos kilómetros de Bayreuth, en cuyo legendario Festspielhaus cosechó sus mayores éxitos entre 1976 y 1989. Allí, en la “Colina Sagrada”, dio vida a Parsifal, Siegmund, Lohengrin, Walther von Stolzing y Tristan. Además de estos roles wagnerianos, triunfó en todo el mundo con otros importantes personajes operísticos, como Florestan (Fidelio), Bacchus (Ariadne en Naxos) o Tamino (La flauta mágica).
“Se durmió plácidamente”, ha declarado poco después de su muerte su hermano Fritz Hofmann. Desde 1994 padecía Parkinson. Lo hizo público en 1999, y en 2004 tuvo que retirarse definitivamente de los escenarios, después de haber actuado en los principales teatros de Berlín, Chicago, Hamburgo, Londres, Moscú, Múnich, Nueva York, París, Stuttgart y Viena, entre muchos otros lugares. Sus últimos años los pasó retirado en la pequeña localidad de Selb, próxima a Bayreuth y emplazada en la frontera con la República Checa, también cerca de su ciudad natal, el famoso balneario de Mariánské Lázně. Allí vivió hasta el final acompañado por su segunda esposa, con la que se casó hace solo tres años, en 2007. Hofmann tuvo dos hijos de su primer matrimonio y una niña del segundo.
Su dedicación al rock antes y después de ser reconocido como uno de los mejores tenores wagnerianos de su tiempo le granjeó el recelo de muchos ortodoxos melómanos, que consideraron esta faceta como un verdadero sacrilegio y nunca le perdonaron sus devaneos con la música ligera. Su imagen como portada de discos alejados del ámbito de la ópera y su filiación a la estética rockera contribuyeron a aumentar este rechazo entre melómanos y críticos, reacios a reconocerle el lugar que sin duda merece en el olimpo de los grandes tenores wagnerianos.
Lo cierto es que detrás de la seductora figura de Peter Hofmann y de sus pinitos en el mundo del pop se parapetaba una voz ciertamente privilegiada de tenor dramático. No es casualidad que cantara y grabara el gran repertorio wagneriano –Siegmund, Lohengrin, Parsifal, Tristan…- con los más grandes directores de su tiempo, como Leonard Bernstein, Herbert von Karajan, James Levine o Georg Solti.
Comenzó como cantante en una banda de rock, en la que permaneció desde 1960 hasta 1963. Muy pronto, gracias a sus excepcionales cualidades, ingresó en la Hochschule für Musik de Karlsruhe, y luego trabajó con Emmy Seiberlich. En 1969 debutó en Lübeck con el personaje de Tamino. Es el inicio de su imparable carrera como tenor de ópera, que pronto se decantará por los más pesados papeles de tenor dramático, y entre ellos, en lugar absolutamente preferente, los del repertorio wagneriano, que marcarán su perfil artístico.
Con Parsifal de Wagner debutó en 1980 en el Festival de Pascua de Salzburgo, bajo la dirección de Herbert von Karajan. De aquellas representaciones queda como testimonio un antológico registro discográfico grabado en esas mismas fechas en estudio, con una portentosa Filarmónica de Berlín bajo la égida de Karajan. Cuatro años después, volvió a llevar al disco al Caballero del Santo Grial, junto a James Levine y la gran mezzosoprano Waltraud Meier.
Referenciales son, también, sus grabaciones de Tristan e Isolda (con Bernstein y Hildegard Behrens); Erik (El holandés errante, con Karajan); Lohengrin (junto a Karan Armstrong); Tamino (La flauta mágica, con Kiri Te Kanawa); Florestan (Fidelio, dirigido por Georg Solti), y, por supuesto, su encumbrada y juvenil interpretación de Siegmund en Bayreuth, cuya versión en DVD constituye una de las referencias indiscutibles de la obra magna de Wagner. Justo Romero

Peter Hofmann, nació el 22 de agosto de 1944, en Mariánské Lázně (República Checa), y falleció el 29 de noviembre de 2010, en Wunsiedel (Alemania), con 66 años.

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