Festival de El Escorial
De San Petersburgo a Lituania
“Madama Butterfly” de Puccini. C.Lawrence, L.Jonutyté, G.H. Jones, D. Stumbras, R.Karpis, A. Malikenas, E.Dauskurdis. Producción original de A.Minghella para la English Nacional Opera, Metropolitan y Ópera de Lituania. D.Parry, dirección musical. Orquesta y Coro de la Ópera de Lituania. Teatro de San Lorenzo de El Escorial, 11 de julio.
Estoy seguro que escocerá este inicio, pero la referencia resulta inevitable. El denominado III Festival Lírico de El Escorial apenas cuenta con una ópera –“Madama Butterfly”- frente al mayor número de títulos de las dos anteriores ediciones. Pero no sólo eso, sino que se ha pasado de Maria Guleghina junto a Gergiev y el Mariinsky de San Petersburgo a Cynthia Lawrence, David Parry y la Ópera de Lituania. La caída de ambición y, obviamente de presupuesto, es notable. No creo que el formidable teatro fuese construido para un presupuesto de actividades tan escaso como el actual. Y atención porque hay quien desde la organización argumenta que el festival no tiene repercusión en Madrid. Efectivamente, pero porque para ello es necesaria una oferta más interesante, más centrada en lo lírico que en lo sinfónico, aunque cueste más.
Los organizadores ya lo deben haber constatado y no sólo por la taquilla, sino también por la muy entusiasta reacción del público ante una representación digna que no excepcional. La producción presentada en El Escorial es la original de Minghella, pero con elementos mucho más pobres que los exhibidos en el Metropolitan. Así el vestuario o la iluminación, fundamentales en ella. La dirección de actores también acusó la desaparición del director. Conceptualmente hay muchos puntos de interés, como inicio o final de la ópera, el buen uso de los biombos o la discutible asignación del papel del niño a una marioneta que, admirablemente movida, permite acciones imposibles con un niño de verdad e incluso llega a emocionar.
Lectura orquestal aceptable dentro de un cierto “funcionariado” para unos cantantes entre los que sobresalió la grata voz del tenor ligero Gwyn Hugo Jones y la implicación emotiva de la protagonista, algo entrada en años y kilos para el personaje. Considerable triunfo porque había ganas de ópera y tampoco el público fue con demasiada ambición. Gonzalo Alonso