El Festival de Granada estrena Gugurumbé, Las raíces negras, de Fahmi Alqhai

Hoy se estrena mundialmente este espectáculo que combina música y danza y celebra el mestizaje y el quinto centenario de la primera vuelta al mundo

Fahmi Alqhai

Hoy se celebrará el estreno mundial del espectáculo de música y danza Gugurumbé, ideado por Fahmi Alquai (violagambista, compositor y líder de la Accademia del Piacere, “el grupo de vanguardia de la música antigua española”), y Antonio Ruz (bailarín y coreógrafo, Premio Nacional de Danza en 2018), en el Festival Internacional de música y Danza de Granada. 

Ambos, que habían trabajado juntos en 2015 en la obra A l’espagnole, explorando las influencias hispano-francesas en el Barroco, lo hacen ahora en Gugurumbé, nombre de un villancico de negros de Mateo Flecha, del siglo XVI.

El Teatro del Generalife acogerá este espectáculo para celebrar el V Centenario de la primera vuelta al mundo, que nace de una idea en la que Accademia del Piacere lleva trabajando años: las danzas del Barroco hispano surgen de un cruce de influencias, que están presentes también en el germen del flamenco, y en la importancia que en ello tuvieron los ritmos africanos subsaharianos, que llegaban a Europa desde América.

En este proyecto, donde el protagonista es el mestizaje de culturas, se unen las voces de la cantaora Rocío Márquez y de la soprano Núria Rial y el flamenco con lo contemporáneo en los pies de la bailaora Mónica Iglesias y la bailarina venezolana Ellavied Alonso. 

Gugurumbé es una producción de Accademia del Piacere/Alqhai&Alqhai y Festival Internacional de Música y Danza de Granada, y cuenta con la colaboración de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía y Acción Cultural Española (AC/E). 

Una semana de danza

La danza seguirá presente en el festival durante esta semana con los Ballets de Monte-Carlo el Sábado 18 y domingo 19 en el Generalife con La fierecilla domada, un ballet en dos actos sobre la obra de William Shakespeare con música de Dmitri Shostakóvich.

El director de la compañía monegasca, Jean-Christophe Maillot, creó este ballet para el Bolshoi en 2014, convirtiéndose en el primer coreógrafo extranjero que trabajaba con el prestigioso elenco de Moscú desde hacía 279 años. 

La azarosa historia del matrimonio entre Petruchio y Catalina que William Shakespeare publicó a finales del siglo XVI se viste en esta coreografía con elegantes trajes minimalistas y un espacio escénico diseñado donde prima el blanco, siempre protagonista en las obras de Maillot.

Con lenguaje neoclásico en puntas sobre una chispeante partitura, la apasionada trama de La fierecilla domada se traduce, no en una lucha hombre-mujer, sino en el encuentro de dos fuertes personalidades que se ven reflejadas a sí mismas una en la otra.