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Por Publicado el: 05/07/2014Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Ibermúsica se la juega

Ibermúsica se la juega

Ibermúsica cierra hoy su temporada con dos conciertos extraordinarios de Barenboim con la Staatskapelle de Berlin y dos programas que no son «músicas de ascensor». Nada menos que «Don Quijote» y «Vida de héroe» de Strauss  y la «Inacabada» junto a la «Segunda» de Elgar. Hace escasos días promovía un concierto para jóvenes a taquilla, fórmula que se está extendiendo por el mundo dada la creciente dificultad en llenar las salas con música clásica.

Éste es el problema de Ibermúsica en el futuro. Tras 45 años de vida y 1.000 conciertos se observa un descenso del abono, problema común en todo el mundo, pero crucial para Ibermúsica ya que compensa coste de unos y otros al traer orquestas, directores y solistas muy diversos. Es éste un tema que habré de abordar repetidamente este próximo curso. Alfonso Aijón empezó esta andadura en el María Guerrero, la Zarzuela y el Real hace casi medio siglo y tiene ya apalabrado para 2018 a Rattle con la Filarmónica de Berlín, que quiere terminar en Madrid su última gira con su orquesta, prácticamente en las bodas de oro de Ibermúsica. Deseemos que las celebre holgadamente, porque no es fácil. En tan largo periodo sólo tres cancelaciones y ocho cambios de importancia en la programación.

Su presupuesto de unos tres millones de euros para las dos series de once conciertos se han de financiar sin subvención pública alguna -jamás la ha habido- y sin un patrocinador integrado. Para colmo ha surgido ahora una fuerte competencia de la Orquesta Nacional, con un buen equipo técnico, un director del interés de Afkham, cuatro millones para programar y entradas a 8€. No es sorprendente que 250.000€ vayan al apartado de derechos de autor, pero sí quizá que 150.000€ correspondan a alquiler de un auditorio en donde una entidad que ha ofrecido 700 conciertos merecería condiciones económicas más especiales.

No están fáciles las cosas y, de hecho, no hay en el mundo una temporada que pueda presumir de tener dos programas con Haitink, dos con Jansons, dos con Chailly, dos con Ashkenazy, dos con Nelsons y cuatro con Jurowski, además de cuatro sinfónico-corales. Las London Symphony, City of Birmingham, London Philharmonic, Philharmonia, Hallé Orchestra, Royal Concertgebouw, Gewandhaus Orchester, Bamberger Symphoniker o Gustav Mahler Jugendorchester desfilarán por el Auditorio Nacional en lo que casi es el traslado de los conjuntos británicos a Madrid. Acostumbrados a no tener salario, son más accesibles que otras agrupaciones. Entre los Evgeny Kissin, Yuja Wang y Leonidas Kavakos ofreciendo la integral de las sonatas para violín y piano de Brahms, Rachlin, Pogostkina, Skride, Gabetta, Ghindin, Bavouzet, Kadouch y Romanowsky, etc.

Algunos de estos artistas han sabido responder con lealtad al esfuerzo de Aijón llegando, como en los casos de Barenboim, Kissin o Lupu a tocar gratis. Sin duda fueron ayudas en momentos de zozobra, pero Ibermúsica necesita y merece un apoyo más decidido de sus abonados, un patrocinador que prefiera ser cabeza de ratón que cola de león en el Real y unas condiciones más favorables en el arrendamiento del Auditorio Nacional. Gonzalo Alonso

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