LA RAZÓN. EL PUNTAZO. 1/10/2009

El Teatro Real no parece haber acertado con la «Lulu» que abre temporada. La ópera de Alban Berg es una gran obra, pero su partitura no es fácil para el oyente y sólo puede ayudarle una puesta en escena comprensible que realce todo su enorme contenido teatral. Aquí es donde falla la «Lulu» diseñada por Christof Loy, provocando la desbandada del público en la primera función. La dirección del Teatro Real tiene motivos para la preocupación. El público ha dictado su veredicto. ¿Qué pasará si, a los dos millones de euros de recorte que figuran en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado en la aportación del Ministerio de Cultura, se unen cinco o seis puntos de bajada en la taquilla? Porque, no puede olvidarse, Gerard Mortier, su próximo director artístico, apuesta por el repertorio contemporáneo y las puestas en escena «intelectualizadas». Es decir, de las que no arrastran precisamente a las grandes masas.