La inclemencia de Mortier
He aquí un escueto y esquemático análisis de la ópera de Mozart representada en el Real.
Pruoucción con treinta años de antigüedad que se dejan sentir, pero el programa del teatro la anuncia como «nueva producción en el Teatro Real», lo que no es otra cosa que esas medias verdades a las que mucho aprovechado se apunta en estos tiempos. Primera vez en el Real sí, pero no puede tratarse de confundir al público llevándole a creer que está ante una nueva producción.
Tan vieja está que le suenan todas las costuras en los cambios.
Era más elegante y funcionaba mejor la que diseñó Marco Carniti hace unos cinco años para escenificar por diez mil euros la que iba a ser una versión de concierto. ¿Por qué no haber repuesto ésta en todo caso?
Dirección de orquesta errática en el estilo y a veces circense. Ello no quiere decir que la orquesta y el coro sonasen mal, porque sonaron bien, aunque bajo concepto equivocado.
Cantantes discretos.
En Salzburgo la Filarmónica de Viena tocó bajo dirección de Muti y Carol Vaness fue Vitelia. A ese nivel el resto. Fue hace veinte años. El nivel de lo ofrecido en Madrid correspondería a un teatro como Manheim, Stutgart o Dusseldorf, nunca a esa primera división que se intenta vender desde el Real. No son funciones que valgan 180 o 300€ la butaca -día de estreno- sino de 80€.