Llega Turandot al Teatro Cervantes de Málaga

Tras una etapa de muchos apuros económicos para todos, incluido el mundo de la cultura y por supuesto el teatro malagueño, el Cervantes parece remontar el vuelo poniendo en escena una de las óperas más grandes en todos los sentidos de la historia de la música, la Turandot, de Puccini.

Las funciones serán dos, el viernes 3 y el domingo 5, y estarán protagonizadas por la soprano Othalie Graham en el rol protagonista, el tenor Eduardo Sandoval interpretando a Calaf, Ruth Rosique como Liù y el bajo Felipe Bou en el rol del rey Timur. El elenco se completa con Juan Manuel Corado (Mandarín), Francisco Arbós (Altoum), Antonio Torres (Ping) y Luis Pacetti (Pang) y Emilio Sánchez (Pong).

La dirección de escena en su reposición lleva la firma de Emilio López, quien acaba de dirigir Madama Butterfly, del mismo autor, en el montaje de Palau de les Arts.

Producción escénica Teatro de la Maestranza de Sevilla, la escenografía y el vestuario están basados en una idea de Jean-Pierre Ponelle, actualizados por el propio Teatro de la Maestranza.

La Escolanía Santa María de la Victoria, el Coro de Ópera de Málaga y los figurantes contratados expresamente para esta puesta en escena se fundirán con los solistas.

En el foso estará Arturo Díez Boscovich frente a la Orquesta Filarmónica de Málaga. Malagueño de cuna, ha dirigido ya la Orquesta y Coro Nacionales de España, Orquesta Ciudad de Granada, Orquesta Filarmónica de Málaga, Orquesta Sinfónica de Baleares, Orquesta de Córdoba, Orquesta del Teatro Nacional de Ucrania, Orquesta del Estado de Sibiu (Rumania), y Orquesta y Coro de la Comunidad de Madrid, debutando en el Teatro de La Zarzuela con esta última en 2009 (Doña Francisquita) y en 2011 (La Chulapona).

El estreno de esta producción coincidirá con la presentación de la restauración llevada a cabo al telón de boca de Bernardo Ferrándiz, que pesa en torno a 160 kilos y mide 12,9 metros de ancho por 9,10 metros de largo. Para ello, el restaurador Francisco Zambrana ha traído un lino específico de Italia, lo más similar posible a la tela que pintó Ferrándiz en 1870.

A partir de esa fecha quedará colocado al inicio de las representaciones con el objetivo de que el público que accede a la sala lo conozca y disfrute antes del comienzo de la función. Luego se levantará este telón de boca y será el otro telón el que baje y suba durante las representaciones.