Más adelante repetimos la noticia publicada en su día, el 9 de mayo. Nos preguntáis muchos qué sucedió. Pues más o menos lo expuesto, pero resultó muy entretenido. Hubo también situaciones desagradables, con una bronca enorme, ya que Gregorio Marañón perdió los papeles.

Fue cuando se le volvió a ocurrir pasar a los patronos un documento de «buenas conductas», intentando que estos no hagan ningún tipo de declaraciones, no opinen, no hablen con periodistas y siempre todo les parezca estupendo. Dentro de poco lo mismo se le ocurre a Marañón lo que al Departamento de Justicia de EEUU, colocarles micrófonos e intervenirles los teléfonos.

A eso Marañón lo llama «lealtad» a la institución. Nosotros lo llamaríamos más bien lealtad a él y en el momento oportuno -tenemos paciencia infinita- exigiremos a todo el Patronato, a las administraciones públicas y los patrocinadores la verdadera lealtad al Real.

Pues bien, hubo un patrono que pidió lealtad a la inversa: del teatro y sus empleados a los patronos. Marañón no lo entendía, preguntó a qué se refería y éste le contestó «El director artístico no puede ir por ahí arremetiendo contra Esperanza Aguirre tildando sus encuentros de irreales». Marañón reaccionó muy mal, perdió los papeles y creó una situación tan violenta como un día Miguel Muñiz cuando Gonzalo Alonso respondió a su intención de eliminar las segundas entradas a los críticos -según él iban de trabajo y no tenían por qué ir acompañados por sus parejas- con el argumento más lógico: «Pues empecemos por dejar a nuestras parejas en casa, porque aquí también venimos a trabajar y eso, con razón, es lo que exigirán los críticos». ¡Lo que se han perdido los patronatos sin Alonso!

Y Marañón sabía perfectamente a lo que se refería el patrono en cuestión, ya que entonces las alturas le citaron a un almuerzo a él y a Mortier para dejarles muy claro que no iba a haber un duro más si Mortier se volvía a sacar los pies del plato atacando a la entonces jefa.

Pero es que Marañón anda muy nervioso, tratando con almuerzos y encuentros como los aquí mostrados en fotos, de recabar apoyos de todo tipo ante el enorme déficit acumulado por el teatro desde que él aterrizó, que no sabe ya cómo ir maquillando, una vez que se ha gastado la mayor parte de las reservas acumuladas por sus antecesores. Porque a la prensa ni pío, cuando las cuentas son públicas. Muy preocupado anda también por el resultado de las renovaciones de abonos. El teatro no para de anunciarlos, una vez cerrado el plazo, y permite que una misma persona pueda comprar hasta seis, cuando normalmente el tope en la música han sido dos o cuatro. Compruébenlo en aquí . Y, además, si usted tiene la Master Card tendrá derecho a un 50% de descuento en las entradas para «Don Pasquale». Ha habido descuentos del 50% para los empleados del teatro con Muti y veremos qué pasa con «Wozzeck». Esto no es de recibo en un teatro quasi-público y demuestra lo mal que andan las ventas en un teatro enano de 1500 localidades en una ciudad de cuatro millones de habitantes. ¡Debería haber cola para dos o tres turnos! Léanlo aquí

Tan preocupados andan que hasta dan a conocer auténticas chorradas, como la reunión con un puñado de patronos del Metropolitan. ¡Menuda noticia de interés para el público!

Por cierto, aquí no hay ninguna campaña contra el Teatro Real, como Marañón asegura, en todo caso contra quienes están destrozando la tarea en él de los once años anteriores a ellos.

Nervios, nervios y más nervios. Tantos como para telefonear a consejeros delegados, directores de periódicos y redactores porque su nombre aparece en el titular de una crítica. Claro que esto es algo conocido en el mundo musical. Beckmesser dispone de varios email y cartas escritas a los firmantes de algunas críticas adversas con autorización para su publicación. Al tiempo.

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Noticia publicada el 9 de mayo

El Patronato del Real almorzará hoy en el teatro y sus miembros tendrán ocasión de analizar los resultados provisionales de la renovación de abonos, pero no serán informados de aquellos abonados que no anunciaron su renuncia sino que directamente ordenaron a sus bancos la devolución del cargo automático que se les había realizado.

También saldrá a la palestra la denuncia de López Cobos contra Mortier, para quien habrá reprimenda tanto por sus declaraciones, como por el fracaso artístico de «Don Giovanni» y el «olvido» de que Montserrat Caballé cumplió los mismos 80 años de Berganza pero sin homenaje, cuando la catalana cantó ópera en concierto en el antiguo teatro y la madrileña nunca.

Gregorio Marañón, tras presentar un nuevo código de buenas prácticas para que los patronos no abran la boca, volverá a quejarse de la reducción de aportaciones de las administraciones públicas, pero callará su última conversación con Mortier. Informará del resultado judicial negativo respecto al millón de euros descontado a los trabajadores. Se da la circunstancia de que el teatro fue avisado de que esto sucedería cuando decidió hacerlo. Se lo comunicó el equipo de la adminstración del estado al que se llamó para que dictaminase sobre distintas areas de la casa. Naturalmente avanzará el resultado financiero negativo de 2012, pero no justificará los motivos por los que las últimas cuentas de la fundación publicadas en el BOE corresponden a 2009.

Además se propondrá que Alfredo Saenz continúe como presidente de la Junta de Protectores y en la Comisión Ejecutiva aunque ya no esté en el Banco de Santander y no tenga más remedio que abandonar el patronato. Curioso que alguien pueda ser miembro de la Comisión Ejecutiva y no del Patronato. Para ello se tendrán que cambiar los estatutos, redactándolos exprofeso para una persona. Botella comentará la obligada sustitución de Fernando Villalonga en el órgano como representante del Ayuntamiento. De lo que no se hablará en momento algunos será de los miembros de la institución que figuran como imputados en diversos procesos judiciales.

No acudirán los patronos honorarios Alberto ruiz Gallardón y Esperanza Aguirre, quien podía haber puesto un poco de sentido común en la reunión.

Y, por cierto, Gonzalo Alonso hace cinco meses que no pertenece a tal patronato. Las informaciones siempre han sido nuestras.

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