Marina Monzó, pisando fuerte

La exultante juventud de esta soprano valenciana, de 23 años, asusta un poco en un mundo tan duro y perverso en ocasiones como es el de la ópera. Pero a la vez qué gusto da ver a gente tan precoz triunfando.

Nacida en Valencia en 1994, tierra de grandes músicos, empezó sus estudios musicales a los 4 años. Desde los 6 hasta los 11 años compaginó los estudios de piano con el canto en la Escola Coral Veus Juntes de Quart de Poblet. Más tarde se inicia con Flauta Travesera en la Agrupación Musical L’Amistat de Quart de Poblet.

En el 2010 inicia los estudios en el Conservatorio Profesional de Valencia en el que cursa simultáneamente Canto y Flauta Travesera. De ahí pasa al Superior, donde su profesora de canto será Patricia Llorens.

También recoge sabiduría y técnica vocal con otras maestras como Ana Luisa Chova, Enedina Lloris, Alberto Guardiola, Robert Expert, Ofelia Sala, Daniel Gascó e Isabel Rey.

A los veintiún años obtiene el segundo premio en el Concurso de canto organizado por Juventudes Musicales de España y es seleccionada personalmente por Alberto Zedda para incorporarse en verano a la Accademia Rossiniana de Pesaro, donde el pasado año cantó la Contessa de Folleville en Viaggio a Reims, con dirección de escena de Emilio Sagi (producción que repitió en Verona en mayo de este año) y que inmediatamente le supuso la firma de un nuevo contrato en el Festival de este año para interpretar Donna Fulvia en La pietra del paragone, bajo la batuta de Daniele Rustioni y en una producción de Pier Luigi Pizzi, papel por el que ha obtenido muy buenas críticas.

Recién cumplidos los 22, en enero de 2016, ya debutó en Bilbao dentro de la temporada de ópera organizada por ABAO, en el rol protagonista de La Sonnambula en el reparto joven y, además, tras la indisposición vocal de la inicialmente prevista Elena Sancho Pereg que sólo pudo abordar el rol en la función de estreno, interpretó Lisa en el resto de las funciones.

Este año también ha debutado en la producción del Teatro de la Zarzuela en la Fundación March con I cinesi, de Manuel García, y en Las Palmas con la Sophie del Werther.

Tras su regreso de Pesaro, el próximo día 1 estrenará el Oscar de Un ballo in maschera de Verdi que inaugurará la programación Lírica de La Coruña, en una nueva producción de Mario Pontiggia con dirección musical de Ramón Tebar al frente de la Sinfónica de Galicia y el Coro Gaos y, el día 9, intervendrá en el especial homenaje que la ciudad le prepara a Alberto Zedda, en forma de gala lírica.

Esta temporada le esperan el rol protagonista de La tabernera del puerto en el Teatro de la Zarzuela y su estreno en Gilda, de Rigoletto, con dirección musical de Henrik Nánási, haciendo el segundo reparto a Patrizia Ciofi.

El pasado febrero asistió a unas clases magistrales de Juan diego Flórez en el Palau de la Música Catalana, con quien luego tuvo el lujo de cantar el dúo de Le comte Ory. El le dio sabios consejos, desde aquí sólo nos atrevernos a decirte que tienes toda la vida por delante, camina airosa y con inteligencia en este precioso y complicado mundo de la música.

«Ah! quel respect, Madame», Le comte Ory. Marina Monzó y Juan Diego Flórez