El mundo pone los ojos en Salzburgo
El mundo pone los ojos en Salzburgo
El Festival probará la viabilidad de realizar grandes eventos culturales y se convertirá en modelo para futuras representaciones
Este sábado comienza el esperado centenario del Festival de Salzburgo, cuya programación ha sido modificada y adaptada a las circunstancias según ha evolucionado la pandemia. Mediática por naturaleza, la inauguración del Festival será especialmente seguida por las instituciones culturales internacionales.
Como la mayor parte de festivales, Salzburgo ha reducido su oferta artística, posponiendo gran parte de sus compromisos a 2021; los espacios en los que se celebrará, con 8 recintos en lugar de 16; y limitado su aforo al 50%. Además, ha creado un sistema de categorías para diferenciar las posibilidades reales de mantener la distancia de seguridad entre empleados y artistas: los cantantes estarían en la categoría ‘roja’, que implica la interacción con otras personas de manera normal y el testeo periódico de temperatura e infección. Estarán obligados a minimizar el contacto con otras personas externas al festival; la categoría naranja, en la que se encuentran algunos artistas y parte del personal temporal del festival, se refiere a aquellos que no podrán mantener siempre la distancia y por tanto deberán utilizar siempre mascarilla; y la categoría amarilla, que deberá mantener la distancia y usar mascarilla en todo momento. La dirección hará test a todos los implicados en la realización del festival. Para evitar que la gente se congregue en torno a un mismo punto, se han eliminado intervalos y no habrá bares ni buffets.
“La decisión de no cancelar el festival inmediatamente es una mezcla de intuición y esperanza por que las cifras de la pandemia desciendan y se permita a la gente volver a reunirse”, explica Markus Hinterhäuser, director artístico del Festival.
La producción de Elektra de Kryzstof Warlikowski devolverá la ópera al Felsenreitschule. “Sabemos con seguridad que la mayor parte de teatros de ópera estudiarán la viabilidad de imitar el modus operandi del festival”, apunta el barítono Derek Welton, que interpretará el papel de Orestes en la ópera de Strauss. “La dificultad de los tiempos que estamos viviendo implica que las pocas representaciones operísticas sean aún más intensas”, continúa, “por lo que, a pesar de actuar ante una audiencia reducida a la mitad, será el doble de emocionante”.
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