De Salzburgo a La Scala de Milán

EL MUNDO, 5 de junio

La Scala ya ha decidido quién será su nuevo jefe. El teatro milanés, considerado el templo mundial de la lírica, ha optado por ponerse en manos del austriaco Alexander Pereira, director en la actualidad del Festival de Salzburgo, y anteriormente del Teatro de la Ópera de Zurich. Pereira, conocido sobre todo por su capacidad para encontrar financiación, tomará las riendas de La Scala como sucesor del francés Stephan Lissner, que si no dimite antes ya ha anunciado que en octubre de 2015 dejará Milán para hacerse cargo del Teatro de la Ópera de París.

«Es la persona que consideramos más capacitada para revalorizar nuestra joyita», aseguraba Giuliano Pisapia, alcalde de Milán y presidente del consejo de administración de la fundación que dirige La Scala al anunciar la decisisón, adoptada por unanimidad, de nombrar a Pereira como nuevo superintendente del teatro. Pereira era uno de los 25 candidatos que se habían presentado al cargo después de que el Ayuntamiento de Milán publicara un bando público para cubrir la vacante de superintendente de La Scala. Y era el favorito en todas las listas de papables que circulaban, en las que también se barajaban los nombres de Sergio Escobar, director del Piccolo Teatro de Milán, Pierre Audi, responsable de la Ópera Holandesa o el del financiero Francesco Micheli, ex miembro del consejo de administración del teatro y que estaba dispuesto a renunciar al sueldo.

«Me siento absolutamente feliz. Estoy muy agradecido y daré lo mejor de mí mismo», aseguraba por su parte Pereira, de 66 años, vienés de nacimiento pero con una vertiente muy italiana que servirá de consuelo a quienes sostenían que era absolutamenete necesario que el timón de La Scala volviera a manos de un italiano. Pereira trabajó durante 12 años para la compañía Olivetti (famosa por sus máquinas de escribir), lo que le permitió aprender a la perfección la lengua de Dante. Además tiene casa en el centro de Milán, a pocos pasos de La Scala. Y, sobre todo, en Milán tiene a su mujer, la ex modela brasileña de 26 años Daniela Weisser De Sosa, que estudia moda en el Instituto Marangoni. Pereira ya se dejó ver con ella del brazo el pasado 7 de diciembre en La Scala, durante la representación del Lohengrin de Wagner que abrió la nueva temporada lírica.

De Pereira se espera que sea un superintendente para tiempos de crisis. Para empezar, cobrará un sueldo que, según anunciaba el alcalde de Milán, será al menos un 25% inferior al que todavía se embolsa Lissner, y que consiste en 350.000 euros fijos al años a los que se suman otros pluses y bonos variables que según algunos hacen que gane hasta un millón de euros anuales, lo que ha desatado no pocos escándalos en torno al francés.

Además, La Scala ya ha hecho saber que durante el periodo en el que se prevé que Pereira coincida con Lissner para hacerse el traspaso de papeles no cobrará su sueldo completo. Y todos confían en que sea capaz de dar muestras de su proverbial capacidad de encontrar financiación. «Cuando tengo ideas que quiero realizar las meto en una cesta y voy a presentárselas con entusiasmo a los espónsores, pidiéndoles su apoyo», revela el propio interesado.

Con Stephan Lissner también ha anunciado que abandonará La Scala Daniel Baremboim, dejando vacante el puesto de director musical. Será el propio Pereira quien decidirá, en colaboración con el consejo de administración de la fundación La Scala, quién le sucederá. Asimismo, el todavía director del Festival de Salzburgo deberá resolver si además de un director musical nombra también a un director artístico para La Scala o no. IRENE HDEZ. VELASCO