Posee una voz suave y despliega una risa que se antoja contagiosa. María Rey-Joly tiene a la espalda una carrera de fondo, larga, con muchas tablas pisadas y muchos escenarios cantados. Soprano y de Madrid acaba de estrenar en Avilés una obra en la que cede la piel a Maria Callas. Sí, de María a María. Un estreno «entregado, precioso, con el público muy concentrado. Ha sido una función que nos ha tocado la fibra«, explica la cantante. El teatro Palacio Valdés estaba lleno, con las medidas de seguridad respetadas, vaya por delante, pero ávido de teatro, de cultura. «La pandemia se está llevando por delante a muchos sectores y a muchos profesionales. Yo tengo compañeros que no trabajan desde el mes de marzo. Pero estoy segura de que saldremos de esta. Lo poco que podemos hacer tenemos que mimarlo aún más y mirar hacia delante, aunque a veces se hace complicado ver cómo se exige muchísimo a ciertas actividades mientras a otras no tanto. Y la cultura es el alimento del alma«, declara a través del teléfono.

María respira ahora a través de cada poro de la Callas. ¿Quién fue el o la «culpable» de esta reencarnación? Partió de nuestra María. Le daba vueltas a la idea y se lo contó a Albert Boadella, con quien tanto y tan bien ha trabajado en  «El pimiento Verdi» o «¿Y si nos enamoramos de Scarpia?«. Y él lo maduró y le vio las posibilidades. Que nadie se engañe: no es una biografía, no es que Rey-Joly  imite a la diva:  «es una creación de Boadella y una interpretación del personaje sobre lo que podía haber sido su final, en París, sus últimos momentos. No es una imitación», aclara. Para añadir que a esa María postrera «me parezco muy poco». Cuenta, además, con el aliciente de que es el primer drama que firma el catalán, lo que añade un plus a esta obra, de la que la cantante destaca que se sustenta «en un libreto muy emotivo y especial». Un tándem, el formado por Rey-Joly y Boadella, que funciona: «Siempre me ha llevado de la mano y poder trabajar con él es un lujo, aprendizaje continuo, un regalo. Y al mismo tiempo una enorme responsabilidad».

¿Cómo es esa artista que ha llegado a la cima y que refugia sus días en París? Ante todo Boadella enseña a la mujer, «que con todo lo que tuvo fue tremendamente desgraciada. Muestra a una mujer triste, dolida por un amor que ya no tiene, sola. Ella vivió la tragedia durante toda su vida. Es esa mujer rota, que estuvo expuesta al mundo. Aunque no sepas nada de ópera sí reconoces a la Callas», explica.

El director teatral y dramaturgo abrió su masía de par en par a los artistas, dos en escena, la Callas y Ferruccio (Antonio Comas), su repetidor, para que dieran voz a los personajes.

«Maria Callas se halla en el ocaso de su vida. Reside en París alejada de todo. Su voz ya no tiene nada que ver con lo que fue… Ha muerto Onassis… Desdeña el presente mientras fuerza a su repetidor para que la acompañe en un imaginario repertorio que ya no podrá realizar. También lo utiliza para crear una situación sadomasoquista. Le obliga a interpretar a Onassis, su gran amor… En su delirio se imagina al griego como pareja de los grandes dramas operísticos que ella protagonizó…», recoge el texto que introduce la obra. La voz en director de Rey-Joly recorre fragmentos de «El trovador«, «Madama Butterfly«, «Norma» o «Manon«, entre otras óperas con la música de la Real Filharmonía de Galicia.

Dos meses de trabajo en casa de Boadella. Haciendo del salón de la casa su hogar. Ensayaban por la tarde y vivían y convivían con la Callas. La documentación ha sido exhaustiva y ese encierro tan voluntario como impuesto por la pandemia les ha permitido acercarse a cada poro de ese monstruo siempre vivo que es Callas. Descansaban los domingos y el resto de la semana vivían por y para «Diva», que es el título de la pieza. «La concentración ha sido máxima. Hablábamos de cómo era la evolución del personaje, de su desarrollo, y no terminábamos de desconectar», asegura. Allí, en la masía de Boadella han estado hasta hace un par de semanas. El sábado pasado estrenaron en Avilés y el jueves, siempre que la inmensa nevada que ha sepultado Madrid lo permita, lo harán en los Teatros del Canal del 14 al 24 de enero.

Y después, seguirá alternando el teatro musical y la ópera. Y volverá con Yllana a esa bendita locura que es «Ópera Locos«. Ya hay algunos bolos cerrados de «Diva» y quizá los programadores se animen a no dejar escapar una obra así . Le esperan también un «Così»  en Lieja, una «Flauta mágica» y uno de los grandes éxitos del Teatro de la Zarzuela, «Los sobrinos del capitán Grant» en la versión de Paco Mir.

A causa del temporal, los Teatros del Canal han suspendido la función del día 14 por lo que el estreno se llevará a cabo el viernes día 15 si las condiciones lo permiten. Más información aquí.