El año sin Miserere
José Cretario
PRIMER GOLPE PUES eso, aunque el Miserere de Hilarión Eslava, o Miserere de Sevilla, que comenzó a interpretarse en la Catedral en 1835 en las vísperas de la Semana Santa, este año nos quedamos sin poder escuchar tan histórica composición. Antes, y cuando digo antes hablo de hace 40 años, el Miserere era tan popular como las marchas, pero el devenir del tiempo y las nuevos usos y costumbres de las vísperas -ahora la gente de las cofradías está en otras cosas- lo colocaron en su realidad actual de acto culto, masivo aunque no popular. En todo caso pasaba por ser algo insustituible que llenaba las naves catedralicias de lamentos cantados por las mejores voces de nuestra escena unas horas antes de que esas naves se llenaran de nazarenos. Si en su día la responsabilidad de la recuperación del Miserere tras su desaparición la tuvo don Pedro Braña, la supresión del Miserere para este año también tiene a otro Pedro: Pedro Halffter, actual director de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. La historia es la siguiente: el año pasado se jubiló Luis Izquierdo, que ha dirigido esta pieza en 47 ocasiones; hacía falta por tanto un director. Fiestas Mayores, que es quien organiza el acto en el que invierte 77.000 euros propone, quién mejor, a un hombre de la casa, a Francisco Javier Gutiérrez, director de la municipal, que es director de orquesta. La fama de Francisco Javier traspasa las fronteras y es llamado para dirigir en toda España y en Europa. Pero Halffter, que es un hombre tan refinado al que parece le da alergia todo lo que tenga que ver con la música de la Semana Santa, las cornetas y los tambores, viene a decir que no, que hay que elegir a otro director con más pedigrí. Como Fiestas Mayores es la que paga y, además, como Francisco Javier Gutiérrez es un hombre de la casa al que se le tiene la más alta consideración, la delegada Rosamar Prieto se ha plantado y ha dicho que no pasa por ese aro. ¿Por qué el fino del hijo de Cristóbal Halffter, cuyo nombramiento al frente de la Orquesta causó perplejidad y preocupación a los entendidos, no quiere a Gutiérrez, que es ahora uno de los músicos más populares de Sevilla, amén de ser un magnífico director de orquesta? Opción 1: porque se llama Gutiérrez y no Zorokonov. Opción 2: porque es de Guillena y no de León (como Sonsoles, la alumna de papá); Opción 3: porque le tiene una envidia de las corroen u opción 4: porque como Gutiérrez ama la música popular y la de la Semana Santa en particular, no es cuestión de mezclarse con el populacho.
Bravo por la delegada. Nos quedamos sin Miserere, pero mantenemos nuestra dignidad bien alta. Tan alta como la calidad humana y profesional de Gutiérrez, el músico despreciado por Pedrito el directorcito.