Triple salto mortal
IL TROVATORE. Diario de Sevilla 05-11-2007
Intérpretes: José L. Duval, Cristina Gallardo-Domâs, Marina Rodríguez Cusí, Juan J. Rodríguez, Francisco Santiago, Josep Ruiz y Blanca Valido. Coro del Teatro Villamarta. Orquesta Filarmónica de Málaga. Dirección escénica: Alejandro Chacón. Dirección musical: Gianluca Martinenghi. Lugar: Teatro Villamarta de Jerez. Fecha: Sábado, 3 de noviembre. Aforo: Lleno.
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ANDRÉS MORENO MENGÍBAR
El Villamarta jerezano ya nos tenía acostumbrados en los últimos años a su apuesta por el riesgo y por la ausencia de complejos a la hora de presentar propuestas impensables para un teatro de su presupuesto, pero la realidad es que con Il trovatore ha superado con creces nuestra capacidad de sorpresa. No es fácil para teatros de amplios recursos encontrar un cuarteto vocal de las características requeridas por esta popular a la vez que complicada ópera verdiana, pero el Villamarta lo ha conseguido. Y lo ha hecho a base de inteligencia y de la entrega de unos cantantes que, salvo el tenor, debutaban todos sus papeles. El mexicano José Luis Duval no posee una voz especialmente bella, pues más bien su timbre es leñoso y opaco, y su fraseo resulta rígido y falto de delicadeza en los pasajes más líricos. No obstante, en Ah sì, ben mio hizo un notable esfuerzo por desplegar la línea de canto y por acentuar y matizar el texto. Donde mejor se defendió fue en los pasajes de bravura, donde la voz le corre con potencia y de esta manera pudo coronar un vibrante Di quella pira con un prolongadísimo Do de pecho.
El Villamarta goza del privilegio de contar con el apoyo de una estrella internacional como Cristina Gallardo-Domâs quien, a pesar de una indisposición laríngea que limitaba el natural brillo de su voz, afrontó con arrojo y con toda la pasión de su interpretaciones el debut como Leonora. Salvo unos picados poco nítidos en Di tale amor, el resto de su interpretación fue un despliegue de intencionalidad y de teatralidad puesta al servicio de la voz, con unos delicadísimos agudos en pianissimo y una escena final cuajada de emoción. Marina Rodríguez Cusí, con un registro central y grave realmente imponentes, fue una Azucena capaz de situarse por encima de las demás voces en los concertantes y de otorgar al personaje la trágica dimensión humana que posee. Por su parte, Juan Jesús Rodríguez triunfó en toda regla merced a una voz impactante de potencia y de belleza tímbrica, una voz que sabe regular y flexibilizar como quedó patente en Il balen, quizá el momento de mayor afinidad con el canto verdiano de toda la velada.
Chacón dejó hacer a los cantantes en escena y resolvió con sencillez los movimientos de masas en medio de una adecuada escenografía realizada a base de fragmentos de anteriores producciones del Villamarta. Martinenghi, por su parte, con la colaboración de una orquesta malagueña especialmente entregada, llevó la música con pulso firme y con esa justa dosis de exceso en las dinámicas y en los tempi que Il trovatore pide.