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Demasiadas pretensiones
Un “Acis y Galatea” refrescante
Por Publicado el: 23/05/2005Categorías: Crítica

Villazón la arma en el Liceo

El “Elixir” en el Liceo
Villazón la arma en el Liceo
El “Elixir d’amore” de Donizetti. R.Villazón, M.Bayo, B.Praticó, J.L. Chaignaud, C.Obregón. M.Gas, dirección escena. D.Callegari, dirección musical. Orquesta y Coros del Teatro Liceo. Barcelona, 22de mayo.
Llegar, ver y vencer –como Julio Cesar- eso es lo que consiguió Rolando Villazón en su presentación liceísta. El debut del tenor mejicano, que apenas posee dos discos en el mercado, era esperado con gran expectación, pues sólo se le conocía una actuación previa, y hace años, en Oviedo con el “Romeo y Julieta” de Gounod junto a Arteta. Villazón, con esos dos discos, ha pasado a ser casi un divo de la ópera. En su carrera ya no mandan los agentes, sino que es la casa discográfica quien decide dónde y cómo ha de cantar el artista. Se ha apostado muy fuerte.
Villazón abrió el tarro de las esencias del “Elixir” y la armó en el teatro, lo puso boca abajo tras la “Furtiva lágrima”. Minutos y minutos de aplausos con el tenor inmóvil, casi avergonzado del exitazo obtenido. Tantos que tuvo que bisar el aria. Hacía muchos años -¿Plácido en una “Tosca”?- que, viajando por muchos teatros del mundo, no había vuelto a oír la repetición de un aria. Pues Villazón lo logró. ¿Y cómo canta Villazón?
De entrada es inevitable la referencia a Juan Diego Flórez, cuya crítica en la misma obra publiqué hace un mes en estas mismas páginas. Son tenores muy diferentes. Uno ligero y el otro lírico. Mucho más brillante el peruano en agudos y coloraturas, con el centro más ancho el mejicano. Villazón gana claramente en una cosa: está en escena como en su casa. La naturalidad es tan pasmosa, los movimientos tan abundantes, que algunos podrían hablar de “sobreactuación”. No lo es, por lo menos no en el “Elixir”. Es que Nemorino ama, sufre, se divierte de verdad en escena. El timbre no tiene la calidad de los Domingo –no es tanto el parecido real- Carreras o Pavarottti en los inicios, ni tampoco la de Flórez, pero el color oscuro resulta muy atractivo. Me consta que ya ha empezado a cantar “Don Carlos” y “Carmen”. Craso error, ya que en el registro alto empieza a aparecer una ligera veladura y el sonido pierde brillantez e incisividad. A ellos, con su color de voz, llegará seguro, pero a su tiempo. Será la elección del repertorio lo que marque el muy prometedor futuro de este dotado artista, que canta con mucha musicalidad y domina la dosificación dinámica y las medias voces.
Pido perdón a los demás artistas, sobre todo a María Bayo, que cantó con muy cuidada musicalidad su pieza final, pero todas las miradas estaban puestas en Rolando Villazón. Gonzalo Alonso

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