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Zanetti, un grande
Para Luis Iberni
Por Publicado el: 20/12/2007Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Inconceble

Existe un gran revuelo en toda la música española y no es para menos. Se están tomando decisiones que afectan a muchos colectivos y que no están nada estudiadas, sino que el mejor calificativo para describirlas es el de frivolidades. Alguien, muy ligado a ellas, ha confesado «Ya se que vendo humo, pero el problema es de quien me lo compra».
Esta semana las alarmas suenan entre los clientes del Auditorio Nacional, a quienes no se les cierran fechas para la temporada 2009-10 y, por tanto, pueden ver en el aire con sus contrataciones. Sabido es que las grandes orquestas se han de programar con dos o tres años como mínimo y en ello estaban Ibermúsica, Juventudes Musicales, la Universidad Complutense, la ORCAM, etc. cuando les ha comunicado que no les pueden alquilar en firme las salas. Y es que, al parecer, el INAEM pretende bloquear todas las fechas hasta que José Manuel López López presente un supuesto proyecto artístico propio para el Auditorio Nacional, sea debatido y aprobado por el multitudinario -y absolutamente absurdo e inoperante- Consejo Artístico del Auditorio y, obviamente, hasta que se decidan las fechas que utilizará para sus fines propios. En otras palabras, la situación es tal que, por poner un ejemplo, Ibermúsica no puede contratar a las Filarmónicas de Berlín, Boston o Nueva York porque el INAEM no sabe si programará en esas fechas un recital de flamenco
Lo lógico sería que mañana, en la reunión del Instituto con los promotores, hubiese una marcha atrás por parte de su director general y se liberasen fechas. Puesto que no hay otro auditorio, está en juego la vida sinfónica madrileña, el ocio de los abonados y público en general y el pan de muchas familias, pero parece que alguien no lo entiende. Y, de otro lado, con los Presupuestos Generales en el aire. Si se prorrogasen los actuales serían impensables las pretensiones del INAEM.
Mucho me temo que los promotores hayan de presionar si no quieren tener que esperar a la reunión del Consejo Artístico del 28 que examinará el proyecto de López López y lo que venga tras ello… ¿Para qué se les ha pedido a los promotores toda la programación de sus ciclos? ¿Para copiar en los conjuntos estatales? ¿Para tachar obras, intérpretes o compositores? ¿Para exigir que no se repitan en un mismo mes tres “Pastorales”? Pero ¿acaso los abonados a Juventudes musicales no tienen el mismo derecho que los de Ibermúsica a escuchar una “Pastoral”? ¿Qué más da si hay tres en un mes si se dirigen a públicos diferentes? Si los únicos que podrían quejarse son los críticos, que tendrían que escuchar todas.
En fin, que además todos sabemos que personas como Luis de Pablo o Cristóbal Halffter no son precisamente las más adecuadas para decidir qué escuchamos y qué no. Los intereses público y personales están claramente encontrados, porque no se puede ser juez y parte. Pero este INAEM lo ha olvidado o, en su bisoñez, nunca lo ha llegado a prender. ¡Qué razón tiene el informe Pisa!

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