Orquesta Barroca de Sevilla. Programa: Obras de J. Barrera, J. Balius, D. Arquimbau, E. Redondo y F. J. Haydn. Tenor: Juan Sancho. Trompa: Jorge Rentería. Órgano: Alejandro Casal. Violín y director: Enrico Onofri. Fecha: Lunes, 2 de diciembre. Lugar: Iglesia de la Anunciación. Aforo: Lleno.

Una de las líneas de actuación más apasionante iniciada hace años por la OBS es la del Proyecto Atalaya, el acuerdo con la universidades andaluzas para investigar, editar, interpretar y grabar partituras de los archivos catedralicios andaluces. Además de cumplir con el cometido insoslayable de investigar en nuestro patrimonio musical y ponerlo en valor cerrando el círculo que va desde el archivo al oyente, este proyecto nos está deparando año tras años inesperadas sorpresas por la calidad de las músicas rescatadas, con lo que se palía en parte el sentimiento de inferioridad que habitualmente ha dominado la valoración de nuestro pasado musical.

Tras explorar los caminos del Barroco en ediciones anteriores, en esta ocasión la OBS y Enrico Onofri se han adentrado en el Clasicismo andaluz, mostrando que a finales del siglo XVIII se hacía en las catedrales del Sur una música del todo equiparable a la música estándar del resto de la Europa de la época. Alejandro Casal volvió a demostrar la agilidad de su pulsación y su sentido del fraseo en las piezas concertantes para órgano y orquesta. Por su parte, Rentería dominó a la perfección la imposible trompa natural en el concertino de Balius, con arriesgadas subidas al registro superior y con el acompañamiento cargado de intención de Onofri. La voz del sevillano Juan Sancho ha crecido notablemente en los últimos tiempos, ha afianzado el centro y ha sabido conservar la tersura del timbre y la naturalidad del pasaje hacia el registro agudo. Su versión de la lamentación de Arquimbau fue muy dramática, con ataques pasionales y fraseo cargado de regulaciones y acentos.

Precisamente de mano de Arquimbau es la copia de la sinfonía nº 44 de Haydn que cerró el concierto. Aquí Onofri imprimió su conocido nervio y brío en la acentuación, con una espectacular respuesta de la orquesta. Andrés Moreno Mengíbar