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Por Publicado el: 24/10/2018Categorías: En vivo

Crítica: Cecilia Bartoli, por fin una ópera en Madrid

Bartoli-Cenerentola-Auditorio-Nacional

Bartoli Cenerentola Auditorio Nacional

Cecilia Bartoli, por fin una ópera en Madrid

“La Cenerentola” de Rossini. Cecilia Bartoli, Edgardo Rocha, Alessandro Corbelli, Carlos Chausson, Martina Jankova, Rosa Bove, José Coca. Les Musiciens du Prince. Coro de la öpera de Montecarlo. Claudia Blersc, dirección escénica. Gianluca Capuano, dirección musical. Auditorio Nacional. Madrid, 22 de octubre de 2018.

Concierto programado como extraordinario por la Fundación Scherzo con el fin de hacer hucha con la taquilla y el patrocinio de Rolex, que agasajó a sus próximos con coctel privado en el Auditorio Nacional, reduciendo el espacio al público que llenó la sala atraído por el encanto y el marketing de Cecilia Bartoli y dispuesto a aplaudir y vitorear escuchasen lo que escuchasen. Mucho han cambiado, afortunadamente, las cosas en el Auditorio desde los tiempos de Isabel Vázquez. No ya por lo apuntado, sino por la venta de discos o los juegos de luces en la sala para apoyar la escena de la tormenta.

Decía Karajan que era tan difícil hacer que una orquesta de 40 atriles sonase como una de 120 como que una de 120 sonase como una de 40. De esto poco supo Gianluca Capuano, porque en sus manos Les Musiciens du Prince no pudieron evitar sonar como lo que son: un conjunto bastante mediocre, con desequilibrios y más de una nota discordante. Frente a él, Claudia Blersch acertó a semiescenificar esta “Cenerentola” sin que se echase demasiado de menos que en su libreto hay un palacio y una fiesta. Los ropajes y los movimientos de los artistas bastaron para contarnos todo. En estas ocasiones uno se pregunta para que el frecuente dispendio en los teatros con ininteligibles producciones.

Cecilia Bartoli es una mujer inteligente que además está muy bien aconsejada. No pisa aquellos teatros grandes donde su voz de limitado volumen pueda perderse, le basta con Zurich y algún otro, además del Festival de Pentecostes en Salzburgo que ella misma ha comandado hasta este año. Prepara a conciencia cada nueva grabación y las giras en las que las presenta. ¡Cuánto tiempo ha pasado desde su debut en Madrid en la sala de cámara de este mismo auditorio! ¡Qué curioso que este haya sido su debut en Madrid cantando una ópera completa! Su voz no es la que era en cuanto a brillantez, pero la maneja con la misma inteligencia que maneja la partitura para que se acomode a sus características. Lo dicho, una artista inteligente. Y algo más, con un encanto que encandila. No admite duda. Debo confesar que sí las tenía sobre cuanto pudiese escuchársela en el Auditorio, pero se la escuchó, incluso con mayor claridad que en su recital en el Real de hace un año. Interpreta a la Cenicienta con gracia de pizpireta, pero uno no puede olvidar aquel rondó de Teresa Berganza en el Liceo en 1971. Pura Cenerentola en todos los sentidos y sin las notas bastas que Bartoli emite en ocasiones.

Carlos Chausson fue, con diferencia, lo mejor de la velada. Un Don Magnífico que conserva todos los resortes tanto vocales como escénicos, incluso casi en las endiabladas estrofas a ráfagas rossinianas. Alessandro Corbelli aportó sus veteranas tablas con las que lograr disimular las ya perceptibles carencias vocales. Edgardo Rocha como Don Ramiro y José Coca como Alidoro no pasaron de la discreción. No fue una noche de excelencia artística, pero el público la disfrutó y esto es a fin de cuentas lo más importante para que las salas se llenen. Gonzalo Alonso

Cenerentola-Auditorio-Nacional-Saludos

Cenerentola Auditorio Nacional Saludos

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