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Por Publicado el: 07/05/2014Categorías: Crítica

Ciclo de lied: Leo Nucci, milagro y mito

Ciclo de lied

Nucci, milagro y mito

Obras de Tosti, Morricone, Curtis, Falvo, Rota, Buzzi-Peccia, Leoncavallo y Verdi. Leo Nucci, barítono y Italian Chamber Ensemble. Teatro de la Zarzuela. Madrid, 7 de mayo.

Nucci con Italian eNSEMBLE

Preludio de «Traviata» en flashback: El doctor visita a Violeta, moribunda, pero como su sirvienta Amina no tiene dinero para pagarle, se sienta y se conforma con una felación que la sirvienta le suministra arrodillada. Amina escupe el semen y el doctor se limpia las botas en la colcha de la cama donde yace Violeta. Luego, un tenor canta el papel de Germont. Esta es la ópera de hoy y algunos de mis compañeros críticos se quedan tan anchos. Sin embargo discuten que un excelso cantante de ópera termine un recital de lied con el dúo de la «vendetta» de «Rigoletto» entre las propinas. Nos falta coherencia.

Leo Nucci volvió dentro del ciclo de lied al escenario de la Zarzuela, donde hace hace unos 30 años años cantó ópera en las temporadas de los Amigos de la Ópera de Madrid. Junto al Ensamble Italiano, con el que lleva 25 años trabajando, giró por toda Europa un «Tutto Verdi», a base de arias adaptadas para cuarteto de cuerda, piano y arpa. Aquí no podía repetir programa dado el ciclo en el que se inscribía el concierto, pero el público es lo que hubiera deseado y también él, que es artista de ópera y no de lied. El lied en Italia es canción y las canciones son mayoritariamente las napolitanas o las de Tosti, aunque Bellini, Donizetti, Mercadante o el mismo Verdi escribieran bastantes. El discreto conjunto instrumental intercaló música de cine de Rota y Morricone y Nucci mezcló las de Curtis o Falvo con algunas del de Busseto y las abordó a su manera, dramatizando cada canción hasta convertirla en un aria lírica. Es el camino cuando la voz no es especialmente bella -él mismo reconoce que la suya, como la de Bergonzi, no lo es- y en cambio se es artista con grandes capacidades teatrales. Nucci convirtió en difíciles y exigentes unas piezas con las que sus colegas suelen descansar. El público lo apreció y se desbordó cuando llegó «L’esule» de Verdi, prácticamente un aria, con recitativo y cabaleta incluidos. A partir de aquí el delirio en una velada histórica, con una tercera parte de 45 minutos y siete propinas: una cavatina de «Barbero» como pocos en la sala habrán escuchado antes, la escena de Rodrigo en prisión de «Don Carlo», el «Cortiggiani» de «Rigoletto», «Non ti scordar», «Di Provenza» de esa «Traviata» con la que volverá al Real…y hasta preguntó si había  en la sala alguna soprano. La había, María José Moreno vino expresamente de Coruña para cantar con él el citado dúo de «Rigoletto». Y no una, sino dos veces.

Admirable el estado vocal a sus 72 años, exhibiendo un generoso «la bemol» para coronar «Dicitencello vuje». Domingo y Nucci es lo único que nos queda en los escenarios de una época dorada y el barítono sigue siendo fiel y coherente con ella. Gonzalo Alonso

[youtube]http://youtu.be/ZncChc61bIQ[/youtube]

 

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