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Magnífica Dresde en Ibermúsica
Tabernera sin aguardiente
Por Publicado el: 28/10/2009Categorías: Crítica

Ciclo Ibermúsica: Grandeza frente a mezquindad

Ciclo de Ibermúsica
Grandeza frente a mezquindad
Sinfonías completas de Brahms. Orquesta Filarmónica de Israel. Zubin Mehta, director. Auditorio Nacional. Madrid, 26 y 27 octubre
La integral de las sinfonías brahmsianas supone ir directamente al plato principal para un buen almuerzo musical como, año tras año, es el ciclo de Ibermúsica. La crisis económica también afecta a la veterana y principal programación sinfónica madrileña, y no sólo a los patrocinios sino también en los abonos, con unos setenta sin vender, lo que jamás había sucedido.
Pero Brahms no estuvo ni especialmente bien dirigido por Zubin Mehta ni especialmente bien tocado por una Filarmónica de Israel que no es que haya mermado en calidad, sino que otras orquestas han crecido en ella y hoy, por ejemplo, Israel no es mejor que algunas de las nuestras. La cuerda no reúne un sonido de especial belleza y los vientos, especialmente los metales, dejan bastante que desear, si bien las trompas lograron escurrir el bulto en el comprometido inicio del segundo tiempo de la “Cuarta”.
“Primera”, “Segunda” y “Cuarta” mantuvieron tempos ligeros, mientras que la “Tercera” presentó mayor serenidad, especialmente en sus dos primeros movimientos. Pero velocidad no significa brío y se echó de menos el ímpetu del joven Mehta quien, de otro lado, nunca ha sido un brahmsiano de referencia. Brahms ha de sonar denso, compacto y empastado e Israel y Mehta no lo lograron del todo, fundamentalmente a causa de una orquesta que a veces tocaba deslavazada y que parecía írsele al director como se le fue la batuta, oportunamente recogida por un músico. No sopló el aliento de las grandes y largas frases -excepción de momentos en el tercer tiempo de la “Tercera”- ni tampoco el ritmo de movimientos como el final de “Tercera” o “Cuarta”.
Pero la música de Brahms se impone a todo, haciendo olvidar mezquindades y contratiempos –cajas asaltadas, ayuntamientos expoliados, tasas de basuras, galerías buscando tesoros inexistentes, etc- y elevando al oyente a sentirse grande compartiendo la grandeza del genio, aunque sus transmisores no estuviesen a nivel. Gonzalo Alonso

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