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La Generación ascendente
Gordas
Por Publicado el: 22/04/2004Categorías: Artículos de Gonzalo Alonso

Cien años

Debemos felicita y felicitarnos por el cumpleaños del más veterano de nuestros conjuntos, la Orquesta Sinfónica de Madrid. A primeros de 1904 daba su primer concierto, precisamente en el Teatro Real, justo donde hoy tiene su más frecuente centro de trabajo, aunque sea bajo el pseudónimo de «Orquesta Titular del teatro Real», igual que la Filarmónica de Viena en su ciudad.
No ha sido un camino fácil, ni lo será el futuro, pero la agrupación tiene una gran baza a su favor: su autonomía y su autogestión. El ser una entidad privada, aunque viva principalmente de presupuestos públicos, le ha obligado a buscarse día a día su plato de lentejas y así ha desarrollado una imaginación y una flexibilidad de las que carecen la gran mayoría de orquestas. Y entra en lo normal que de cuando en cuando surjan tensiones internas a causa de las políticas de su dirección. Es lógico en toda organización que funciona democráticamente. Como es lógico que las discrepancias no sean perseguidas.
Si bien fue Fernández Arbós quien aportó una más larga estabilidad directorial, es la nueva etapa en el Teatro Real la que ha proporcionado la mayor estabilidad laboral y empresarial. Desde su incorporación al proyecto lírico, primero con García Navarro al frente y ahora con López Cobos, han mejorado notablemente su nivel de calidad, han aumentado la plantilla y ha creado nuevas iniciativas. No fue fácil que el Real tuviese una orquesta estable con un contrato a largo plazo, pero mucho menos lo fue y lo está siendo que posea un coro en condiciones. La Sinfónica se ha encargado de aportar su estructura. Pero no sólo un coro, la Sinfónica también ha creado una orquesta de estudiantes, cuyos componentes empiezan a tocar con asiduidad, hasta el punto que conforman la mayoría de los atriles que interpretan el «Viaje a Reims». Es por ello fundamental que desde la dirección del Teatro se sea consciente de la necesidad de disponer a medio plazo de una orquesta y unos coros de tamaño suficiente para poder ofrecer un mayor número de representaciones y espectáculos paralelos, así como de entender la conveniencia de que la orquesta deje de cuando en cuando el foso para convertirse en protagonista sobre un escenario.
¡Feliz año de cumpleaños!

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