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Por Publicado el: 22/04/2014Categorías: Sin categoría

Crítica: “El Caserío” vuelve a Madrid

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“El Caserío” vuelve a Madrid

“El Caserío” de Guridi. J.Franco, S.Puértolas, J.L.Sola, J.Rodríguez-Norton, L.Astoreka, E.Carranza, J.Arellano, P.Revueltas. Coro de la Comunidad de Madrid y Orquesta Sinfónica Verum. P.Viar, dirección escénica. M.Coves, dirección musical. Teatros del Canal. Madrid, 21 de abril de 2014

Hacía más de veinte años que no se representaba “El caserío” en Madrid, a pesar de haberse estrenado en la Zarzuela en 1926, por lo que bienvenido sea y más si se trata de una reciente coproducción entre el Arriaga bilbaíno y el Campoamor ovetense, aunque denote cierta escasez de presupuesto. Escenografía de época, tradicional, con vestuario correcto de Jesús Ruiz y decorados de Daniel Bianco más eficaces que inspirados. Y resultan eficaces porque le sirven a Pablo Viar, el regista, para plantear una lectura muy ágil, de forma que se vita el descanso y todo transcurre en hora y tres cuartos. Prescinde de entrada de parte de diálogos innecesarios e incluso mete alguna morcilla. La acción se  desarrolla inicialmente en la corbata con la puerta del caserío para abrirse luego y pasar a un frontón. Se gana en agilidad, pero algunos de los momentos pierden intimidad y hay un cierto exceso de coreografía en detrimento del movimiento de protagonistas y coro, a veces inertes. Todo ello lógico para el casi debutante Viar. Manuel Coves, en el foso, realiza una dirección aseada en la que todo lo orquestal se halla en su sitio.

Sabina Puértolas canta el papel de Ana Mari con soltura y posee la voz de lírico-ligera que reclama el papel, si bien hay tres o cuatro notas estranguladas. José Luis Sola resulta en cambio un punto ligero como José Miguel, aunque se entrega, se prodiga en largos fiatos y se luce en el aria “Yo no se que veo en Ana Mari”, cuyo acompañamiento orquestal tanto recuerda al de Nadir en “Pescadores de perlas”. Javier Franco, estático escénicamente, le falta empaque como Tío Santi en parte porque también su voz es más lírica de la que la partitura demanda. Cumple bien el resto del reparto, sobresaliendo la buena proyección de la voz de Jorge Rodríguez-Norton.  Gonzalo Alonso

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