Critica: Jóvenes y virtuosos pianistas en Santander
JÓVENES Y VIRTUOSOS
XIX Concurso Paloma O’Shea. Final. Aleksandr Kliuchko, Fedrico Nicoletta, Yutong Sun, Lucas Thomazinho, Juan Carlos Fernández Nieto, Dmytro Choni. Orquesta Sinfónica RTVE. Director: Miguel Ángel Gómez Martínez. Santander, Palacio de Festivales. 3, 4 y 5 de agosto de 2018.
El nivel de los seis finalistas ha sido alto y el jurado, presidido en esta ocasión por Joaquín Achúcarro, no lo ha tenido fácil, aunque, tras lo que hemos escuchado –solamente la prueba con orquesta- la decisión última ha parecido en general bastante lógica. Los seis pianistas poseían sus méritos, que lógicamente pudieron ser contrastados de mejor manera por los jueces a través de las pruebas previas a solo y con el Cuarteto Quiroga. De esta manera se explica, por ejemplo, que el jovencísimo ruso de 18 años, Aleksandr Kliuchko, quedara en tercer lugar cuando su interpretación del “Concierto para piano nº 1” de Brahms no tuvo la suficiente altura por su indefinición de los “tempi”, sus vaivenes rítmicos y su escaso vuelo y el toque mortecino del Adagio. A mayor nivel, sin duda el chino de 23 años Yutong Sun, alado, dinámico, presto y variado, en el “Concierto nº 3” de Prokofiev. Mostró sentido del ritmo en los espasmódicos arranques de la obra y refinamiento en sus delicuescencias.
Ese mismo y dificilísimo Concierto fue elegido también por sus colegas Lucas Thomazinho, menos ligero y ágil, más enjundioso y amplio, más contundente y vigoroso, y por el ucraniano Dmytro Choni, ganador absoluto de la prueba, que supo aunar las virtudes de los dos anteriores gracias a una más sutil comprensión de los intrincados y a veces rapsódicos pentagramas, a un ataque fúlgido y pleno a la tecla y a una recreación más personal basada en un sonido bien trabajado. Como a aquellos, no pareció escapársele ni una sola nota.
El italiano Federico Nicoletta evidenció en su interpretación del “Concierto” de Schumann una sonoridad rica, una planificación equilibrada y un exquisito cuidado en la elaboración del Andantino grazioso, aunque no acertó en la reproducción de los poéticos claroscuros y los lumínicos contrastes. Tendió a la morosidad en el “perpetuum mobile” del “Allegro vivace postrero”. Sonido redondo, fraseo enjundioso, capacidad “cantabile”, arrebato lírico y técnica sólida puso de manifiesto el español Juan Carlos Fernández Nieto en su interpretación del “Segundo” de Rachmaninov. Se llevó el premio del público.
Felicitaciones a la Orquesta de RTVE y a su director Gómez Martínez, que hubieron de plegarse a los distintos modos de tocar de los seis finalistas. La batuta móvil e impulsiva del maestro granadino, que, algo pasmoso pero habitual en él, condujo todos los conciertos sin partitura, supo encajar, previo encuentro a solas con los pianistas, los distintos pentagramas. No hubo, claro, precisión en todos los instantes y la sonoridad global no tuvo siempre la calidad o refinamiento exigidos. Y los tempi tendieron a veces a lo moroso. El “Tercer Concierto” de Prokofiev fue conociendo a cada una de las interpretaciones una transparencia y una penetración mayores. Arturo Reverter
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