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Roberto Devereux: cuando la música triunfa sobre la escena ROBERTO DEVEREUX, de Gaetano Donizetti. Tragedia lirica en tres actos. Libreto del Salvadore Cammarano, basado en la tragedia Elisabeth d‘Angleterre, de Jacques-François Ancelo. Reparto: Eleonora Buratto, Silvia Tro Santafé, Ismael Jordi, Lodovico Filippo Ravizza,  Filipp Modestov, Irakli Pkhaladze, Xavier Galán. Orquestra de la Comunitat Valenciana. Cor de la Generalitat Valenciana (Jordi Blanch, director). Producción: Nueva producción del Palau de les Arts Reina Sofía, en coproducción con la Dutch National Opera de Ámsterdam y el Teatro San Carlo de Nápoles. Direc­tora de esce­na: Jetske Mijnssen. Dirección musi­cal: Francesco Lanzillotta. ­Lu­gar: Palau de les Arts. Entrada: 1300 espectadores. Fecha: miércoles, 4 junio 2025.Crítica: 'Roberto Devereux': cuando la música triunfa sobre la escena, en Valencia
Crítica: Capitales imperiales (2), Budapest (2): matinal con ‘Don Carlo’
Por Publicado el: 06/06/2025Categorías: En vivo

Crítica: Viena y su ‘sonido especial’. La Sinfónica de Viena con Petr Popelka en València

Viena y su ‘sonido especial’

TEMPORADA 2024-2025 del Palau de la Música. Orquesta Sinfónica de Viena. Solis­ta: Renaud Capuçon (violín). Director: Petr Popelka. ­Programa: Obras de Beethoven, Korngold, Josef Strauss y Richard Strauss. Lu­gar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1.500 espectadores. Fecha: martes, 3 junio 2025

Viena y su ‘sonido especial’TEMPORADA 2024-2025 del Palau de la Música. Orquesta Sinfónica de Viena. Solis­ta: Renaud Capuçon (violín). Director: Petr Popelka. ­Programa: Obras de Beethoven, Korngold, Josef Strauss y Richard Strauss. Lu­gar: Palau de la Música. Entrada: Alrededor de 1.500 espectadores. Fecha: martes, 3 junio 2025

La Sinfónica de Viena y Petr Popelka en València

La Sinfónica de Viena ha recalado el martes en el Palau de la Música tras 17 temporadas de ausencia. Precisamente cuando festeja 125 años en los que no ha dejado de animar la vida musical de la capital austriaca, dando “forma al sonido especial” de su ciudad, como señala con legítimo orgullo su propio currículo. Una orquesta que nació con el siglo XX, en medio del modernismo vienés, y que ha sabido afrontar los desafíos del siglo XX “con confianza y visión”. Y siempre con la rémora inevitable de tener al lado la competencia y el estímulo de sus ilustres vecinos de la Filarmónica de Viena.

Todo ello ha latido y marcado esta nueva y exitosa visita a València, centrada en Beethoven -vienés de adopción- y en las músicas en tiempo de vals de la suite de El caballero de la rosa de Richard Strauss, y Dynamiden, el bonito vals que Josef Strauss compuso en 1865 por encargo de la Asociación de Sociedades Industriales de Viena, y que años después -1910- inspiró al gran Richard Strauss pasajes de El caballero de la rosa (incluido el vals del Barón Ochs), cuya suite, publicada en su forma definitiva en 1945, fue estrenada ese mismo año precisamente por la Sinfónica de Viena.

Sin alcanzar la excelencia acaso inalcanzable de sus paisanos filarmónicos, la Sinfónica de Viena es una muy notable formación, que juega en la liga de las buenas orquestas europeas, cuajada en la tradición y en haber pasado por las manos de algunos de los más ilustres directores de su largo tiempo -entre sus titulares, figuran Furtwängler, Karajan, Sawallisch, Giulini, Rozhdéstvenski, Frühbeck de Burgos o Fabio Luisi-. Una centuria de viva respuesta y brillante empaque sonoro, con secciones bien calibradas, sin lunares ostensibles y algunos solistas de relieve.

Estos atributos marcaron esta nueva actuación en València, de manos de su actual director -desde 2024-, el checo Petr Popelka (Praga, 1986), maestro más efectivo que elegante, resuelto y seguro de lo que quiere y cómo hacerlo. Quizá no sea músico de tocar el cielo, pero sí de cuajar versiones tan nítidas, pulidas y brillantes como las escuchadas en este tramado programa, abierto con la poco tocada obertura La consagración del hogar (“de la casa” en el programa de mano) de Beethoven y el Concierto para violín del checo Erich Korngold, de tanta raigambre vienesa y cinéfila.

Solista de campanillas, el francés Renaud Capuçon se empeñó en una lectura honda, lírica y teñida de nostalgias tardorrománticas, en las que, como dijo Anne-Sophie Mutter, “siempre sientes que Viena está a la vuelta de la esquina”. Fue una versión intensa y compacta en sus tres movimientos, redondeada por Capuçon con el regalo fuera de programa de la Meditación de Tahïs, de Massenet, tocada al alimón con el arpista de la orquesta, Volker Kempf.

Y Viena, la ciudad imperial, de Sissi y Freud,  de los valses y las polcas; la ciudad de Mozart y Schubert, de Beethoven, Brahms, Bruckner, Mahler y tantos otros, inspiró y marcó la ópera maestra El caballero de la rosa, recreación mozartiana cuya suite encontró en los atriles de la Sinfónica de Viena nacimiento y vida.

En València se escuchó en una versión esplendorosa, más brillante que flexible; viva y de tiempos vivos; arrojada y deslumbrante, con intervenciones solistas tan destacadas como las del primer trompeta o el propio concertino de la orquesta. Fue un éxito coronado fuera de programa en plan Concierto de Año Nuevo con la radiante polca Bajo truenos y relámpagos, de Johann Strauss. Al salir del Palau de la Música, todos tan contentos con acentos de polca. Solo faltaron las palmas. En la calle llovía a cántaros, pero los relámpagos y truenos se habían quedado en el escenario.

Justo Romero

Publicado en el diario LEVANTE el 5 de junio

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