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Por Publicado el: 03/07/2005Categorías: En la prensa

Cuando los Beatles eran carne de sucesos. ABC, 3 JUNIO 2005

José Ramón Pardo escribe una gran verdad en ABC
Cuando los Beatles eran carne de sucesos
En su primera y única visita a España, los «escarabajos» de Liverpool no gozaban de la fama suficiente como para crear el revuelo al que estaban acostumbrados. El Régimen no los veía con buenos ojos, lo que dificultó aún más su éxito en nuestro país. José Ramón Pardo
A mí no me salen las cuentas. Si te tropiezas con un español que haya sobrepasado los 55 años, -y que no supere los setenta, por ejemplo-, es difícil que no te cuente que él estuvo en el festival de la Isla de Wight, donde fue naturalmente en auto-stop, participó en el mayo del 68 en París, aprovechando algún curso en la Sorbona, y asistió en julio de 1965 en la plaza de Toros de Madrid o en la de Barcelona, a los dos únicos conciertos de los Beatles en España.

Y vale que en Wight había medio millón de personas y se me pudo escapar alguna cara. Que con el humo y los adoquines se me despistase alguien en París. Pero en el concierto de los Beatles había tan pocos espectadores que se les podía pasar lista. Y desde luego, no eran tantos como luego cuentan los propios «asistentes».

Los Beatles no gozaban todavía de mucha fama en España… Cuando me he puesto a buscar en los archivos de ABC, verdadera memoria de la España del último siglo largo, no me explicaba cómo no encontraba referencias de los Beatles en los dos años anteriores en las páginas dedicadas a la cultura y el espectáculo. Porque yo estaba seguro de haber leído muchos sueltos sobre los «escarabajos» de Liverpool y mi memoria no me podía fallar tanto.

Hasta que descubrí mi error: estaba buscándolos en las páginas dedicadas a la música cuando en realidad aparecían con cierta regularidad en la de sucesos: «Los espectadores del concierto de los cuatro melenudos en … (ponga aquí la localidad inglesa preferida) rompieron veintiséis sillas y produjeron graves altercados con la policía»….
Por eso en Madrid no había demasiado ambiente para recibir a John, Paul, Ringo y George. Ni demasiada publicidad ni un clima favorable, porque las fuerzas de seguridad temían alborotos entre las fans. No olvidemos que tan solo un año antes, en febrero de 1964, esos teóricos alborotos habían logrado clausurar las matinales del Price, los únicos conciertos regulares de rock que había en España.
Así que en los aledaños de la Monumental de Madrid había más «grises» que espectadores. Que los Beatles, acostumbrados a masas enfervorizadas, se encontraron con un público lejano y tan escaso que parecía frío. Los Beatles llegaron a España el 1 de julio… Por la noche acudieron a Las Ventas y dieron su concierto. Tuvieron como presentador al inefable Torrebruno y como teloneros a uno de los grupos punteros del rock español del momento: Los Pekenikes.
Al día siguiente, 3 de julio, volaron a Barcelona y allí tocaron apoyados por Los Sirex, aquellos de «La escoba» que eran figuras en la Ciudad Condal. Tampoco consiguieron el lleno y el promotor que les trajo, el famoso Bermúdez, perdió dinero en la aventura. Nunca más volverían a cantar en España, sobre todo porque tan solo un año más tarde abandonaron definitivamente las giras…
Pero si la minigira española se pudo considerar un fracaso, peor fue lo de París. Allí les programaron en el Olympia como teloneros de ¡Sylvie Vartan! Los Beatles tenían que conformarse con la categoría de «vedette americaine» que es como allí llaman a los segundones. Entre los teloneros figuraba Trini López, un chicano que de golpe se convirtió en número uno en los Estados Unidos con «Si yo tuviera un martillo».
El éxito fue tal, que trastocaron el cartel: López pasó a ser la estrella, Sylvie la «vedette americaine» y los Beatles se vieron relegados al papel de teloneros. Y es que los europeos somos muy nuestros, aunque todos estuviéramos en Wight, en el París del 68 y en los conciertos de los Beatles. Y no tomamos la Bastilla por razones de edad

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